Aunque los días de vacaciones estén llegando a su fin, las altas temperaturas todavía van a mantenerse durante unas semanas, el tiempo perfecto para aclimatarse al otoño y despedirse de los largos días veraniegos.
Para ello, nada mejor que aprovechar las tardes o las noches en alguna de las plazas con más encanto e historia de la capital ourensana, ya sea dando un agradable paseo o tomando algo en las tranquilas terrazas.
> Eironciño dos cabaleiros
La Praza do Cid, más conocida como Eironciño dos cabaleiros, formaba parte de la zona aristocrática de la ciudad. El famoso Mesón Casa de María Andrea, que se encuentra en este lugar, puede presumir de su balcón, que data del siglo XVI. En la esquina opuesta se encuentra el local bautizado como "O Volter" en otra época, cuando se reunía allí la intelectualidad ourensana.
> Praza do Correxidor
Uno de los epicentros de la fiesta nocturna ourensana también guarda parte de la historia de la ciudad. Desde su zona más alta, la estatua del escritor Otero Pedrayo parece vigilar el trasiego de los caminantes. Su nombre proviene de los corregidores, que tenían su residencia en la plaza. Además, en ella se asentó el primer convento de los franciscanos.
> Praza dos santos Cosme e Damián
Este lugar era, antiguamente, el emplazamiento de una de las puertas de la ciudad medieval. En uno de sus laterales se encuentra la capilla Santos Cosme e Damián, que nombra la plaza y acoge la curiosa exposición del belén de Arturo Baltar.
> Praza da Madalena
Antes de plaza, esta localización fue un cementerio de canónigos, tal y como demuestran las lápidas apoyadas en la iglesia de Santa María Nai. El cruceiro barroco que acoge en su interior vino desde su localización original, cerca del Puente Romano.
> Praza de San Martiño
Este enclave es más actual de lo que podría parecer: sus escaleras se construyeron en el siglo XX para acceder a la Catedral por el Pórtico del Paraíso. Hoy en día acoge a numerosos conciertos y actuaciones durante los meses de verano, sobre todo.
