Ruta por las pozas color esmeralda del río Cerves

photo_camera Las pozas son como pequeñas, y no tan pequeñas, piscinas naturales

Melón fue durante muchos años una villa de paso en la carretera Nacional 120. El primer municipio de la provincia de Ourense o el último, según fuera el sentido de la marcha, con un bonito monasterio que fue declarado monumento nacional en 1931 y una choricera de ricos chorizos ahumados. Pero también había naturaleza, aunque no lo supiéramos, en sus 54 kilómetros cuadrados de territorio. Ahora que ya no hay tanto tránsito, la mayoría de los que llegan a Melón lo hacen para disfrutar de alguno de sus senderos, como el que lleva desde Tourón, a la fervenza del mismo nombre y luego baja por el curso del río Cerves de poza en poza hasta llegar al área recreativa que señala el final del viaje.

El recorrido resulta muy cómodo, al menos en parte, porque es en descenso, siempre que tengamos la precaución de ir en dos coches y dejar uno en el final del recorrido e ir con el otro al punto de arranque. De lo contrario, tendremos que hacer ida y vuelta y, para ese caso, resulta más recomendable empezar por la parte más difícil, es decir, el ascenso y luego regresar.

Es conveniente extremar el cuidado a la hora de elegir el calzado, pues el suelo, a veces húmedo, nos puede deparar algún resbalón, si no llevamos material adecuado.

La ruta es muy flexible y si estamos dispuestos a seguirla río abajo, nos llevará hasta las fuentes termales de Prexigueiro, que nacen a orillas del Cerves, ya en su último tramo antes de desembocar en el Miño.

El acceso al segundo tramo está al otro lado de la N-120, es decir, a mano derecha en sentido Ourense, y nos lleva, primero a una minicentral eléctrica y luego al curso bajo de Cerves, el que conoció Enrique Peinador y donde quería hacer su emporio Termal.

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