VERANO

Taburete eclipsa en la "tierriña"

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photo_camera Foto de familia tras el último concierto de la gira, el pasado martes en San Vicente do Mar.

El grupo de música de Guillermo Bárcenas y Antón Carreño tiene una conexión especial con Galicia, donde nació su mayor éxito y donde cierran su gira Dr Charas

Guillermo Bárcenas y Antón Carreño lideran Taburete, el grupo de música que empezó tocando para sus colegas y ha conseguido llenar el Palacio de los Deportes de Madrid. Y Galicia es su talismán. Les gusta llamarle "tierriña" y aquí cerraron ciclo esta semana con el fin de su gira Dr Charas en el Náutico de San Vicente do Mar (O Grove), cuyas dos fechas agotaron entradas en menos de 6 minutos.

En una barca en San Adrián (Pontevedra), nació su mayor éxito, Sirenas, que está a punto de alcanzar trece millones de reproducciones en Youtube. No iban a incluirla en su disco. Antón Carreño, guitarrista, tiene raíces en Corrubedo y Parada de Sil. Guillermo Bárcenas, el vocalista, descubrió la "tierriña" con los conciertos.

La conexión gallega sigue. El videoclip de "Sirenas" también tiene escenas en el Náutico de San Vicente do Mar. En él, cientos de voces tararean "y en las cantinas cómo bailan como cantan, se han olvidado a qué huele la luna". Las metáforas con la luna se repiten en muchas de sus canciones.

¿Qué les pasa con la luna?

Guillermo Bárcenas: "Es cierto, y hay alguna canción que no hemos sacado que era un monográfico de la luna. “Voy a por ti” se llama Luna porque se la dedico a una chica que se llama así, era una promesa. “A qué huele la luna”, de Sirenas, es como el eslogan. Y la versión del "Toro de la Luna" nos llamó Osborne para hacerla.

¿Y con Galicia? ¿Cómo son los fans gallegos?

Guillermo Bárcenas: Acojonantes. De los mejores. Nunca había venido hasta las giras y ahora estoy enamorado de Galicia.

Antón Carreño: A mí Galicia me fascina. Tengo parte de familia en Parada de Sil y la otra parte en Corrubedo. Vengo todos los años varias veces.

Galicia inspira y se sienten como en casa. En la “tierriña”, conectan y desconectan, y no es de extrañar que la playa de A Barrosa, en San Vicente do Mar, luzca como en una noche de San Juan esta semana. Los que se han quedado sin entrada, se conforman con el sonido que sale de la terraza del Náutico y una cerveza con amigos en la arena. No cabe un alfiler. Toca Taburete y, además, hay luna llena.

Del grupo dicen que está hecho para el “pijerío” y las clases acomodadas, pero el público que se concentra en el Náutico es muy diverso y el único confort lo proporcionan las toallas tiradas en la arena de las víctimas del cartel de “entradas agotadas”. Mientras, un matrimonio joven con un bebé se acerca a la ventana del camerino para pedirle una foto a Willy, como llaman los amigos y fans a Guillermo Bárcenas, el vocalista. “Ya que no podemos entrar al concierto con ella…”. Se llevan su selfie, mientras en la cola del Náutico esperan los primeros fans.

¿Cómo es su público?

Guillermo Bárcenas: Muy entregado. Los tíos son muy hooligans, aunque es verdad que la mayoría son chicas. No son canciones para volverse loco, pero la gente se vuelve loca. Sirenas es pop, tampoco es muy rockera ni muy bestia y, sin embargo, son casi como himnos.

Son letras que hablan de sus amigos. ¿Cómo se engancha hablando de desconocidos?

Guillermo Bárcenas: A la hora de sacarlas nunca las quise modificar para que se pudiesen entender, porque estaban hechas así y lo bueno es que la gente congenia con mi colega Fernando, el rey del contrabando o con Dron, que era un colega mío que montaba unos afters acojonantes en su casa.

¿Cuál es “el sitio” en el que quieren tocar?

Antón Carreño: En la Plaza de Toros de Las Ventas, la más importante del mundo, donde han tocado The Beatles.

¿Les gustaría actuar en Ourense?

Antón Carreño: Sí, pero creo que no llenaríamos un sitio con 5.000 personas.

Por el momento, se les ilumina la cara con la gira conjunta con Hombres G, que se llama "Devuélveme mi joda" y arranca en septiembre con actuaciones en lugares como La Cartuja de Sevilla o la Plaza de toros de Valencia. Dos generaciones en la misma “joda”, una fiesta compartida que habla de reyes y herederos musicales.

 Que empiece el show, "Hijos del centollo"

Dicen que los conciertos son su punto fuerte. “Cambia mucho del disco al directo, las canciones son mucho más cañeras en los conciertos”, explica Willy. El show en Galicia calienta al personal con la Rianxeira, “Riancheira” para Willy. “México DF”, uno de sus temas más aclamados, abre el concierto y el vocalista saluda a “los hijos del centollo”, los fans de su “tierriña”.

Con este lenguaje que han hecho suyo miles de seguidores, una hora y media de show muestra a un grupo de amigos desviviéndose por la música. “El día que hice el grupo de Facebook nos seguían diez personas”, cuenta Willy. “Nunca piensas en llenar un estadio de 15.000 personas”, añade Antón. La profundidad la pone Dani, el bajista, que se arranca con un discurso sobre la música y se pregunta: “¿Qué pasaría si mañana nos despertásemos y no existiera la música?”.

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