Tambo, la orquesta que marcó un hito en la década de 1980

photo_camera Los nueve componentes de la orquesta Tambo, que recientemente grabaron un disco

Están a punto de cumplir 40 años en la carretera y todavía tiene dos fundadores en la formación

Fundada en 1975 en Pontevedra, la orquesta debe su nombre a la pequeña isla de Tambo, que se encuentra en la ría de Pontevedra.

Pese a que han transcurrido 39 años desde su nacimiento como conjunto musical, todavía permanecen dos de los fundadores: Ramón Soage, teclista y Carlos González, técnico de sonido.

La orquesta está integrada por nueve componentes en escena: las vocalistas Benedicta Nogueira y Vanesa Lagos y Marcelin (Lino) Prieto, voz masculina, componen la primera línea de esta orquesta, a quienes les acompañan en la sección rítmica, el teclista Ramón Soage, el guitarrista Carlos Alberto del Río, que también hace voces, el batería Arturo González y el bajista José Antonio Ramilo.

La sección de metal la forman, al saxo Marcial Martínez y a la trompeta Borja Kris Martínez. Les acompañan, al mando del sonido Carlos González y de las luces, Luca Adrián Martínez.

Carlos González fue, como dijimos, uno de los fundadores de esta orquesta en octubre de 1975. Entonces tocaba la batería. "Ahora estoy retirado del escenario, pero sigo en la orquesta al frente del sonido. Es importante que el técnico de sonido haya pasado antes por el escenario como músico porque comprende mejor las necesidades técnicas", explica el propio Carlos.

Todos los componentes son naturales de distintas localidades de la provincia de Pontevedra, un aspecto poco corriente en las orquestas de hoy día, que cuentan con elencos de origenes muy dispares.

Su temporada de actuación se centra fundamentalmente en la de verano, dedicando el invierno a otras actividades como dar clases. "Antiguamente se trabajaba todo el año. Había más fiestas y menos orquestas. Llegamos a tener una media de 200 actuaciones anuales". Comenta Carlos.

En la actualidad su giras les llevan por toda Galicia con una media de setenta galas por temporada. Este descenso lo achacan a la caida de los precios como consecuencia de la situación económica. "No podemos atender todas las actuaciones que nos proponen porque en algunos casos el presupuesto es inasumible", justifica Carlos González. "Piensa que mover el trailer con el escenario, el equipo de luz y sonido y el microbús con los artistas representa un gasto de 2.000 euros. Trabajar por menos de esa cantidad sería perder dinero. La gente piensa que las orquestas se forran, pero no es así. Hay muchos gastos: amortizar material, local de ensayo, los sueldos de todos..."

En la década de 1980 era una de las mejores orquestas de Galicia. "Recuerdo que cuando llegábamos a una fiesta nos hablaban en gallego con simpatía y confianza y cuando nos vestíamos para actuar, nos trataban de usted y en castellano, como si intentaran de alguna manera mostrar un respeto especial por los artistas".

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