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El papel de los abuelos en la educación de los nietos

Los abuelos han ocupado, y ocupan, un lugar especial en nuestras vidas. A lo largo de la historia, generación tras generación, han sido, y son, nuestros máximos aliados, siempre defensores de muchos (demasiados) caprichos, gestos de cariño, sabios consejos, tiernas palabras, interesantes conversaciones y maravillosa complicidad. Son compañeros de juegos, confidentes y amigos, nos transmiten grandes lecciones sobre la vida. Nos reprenden con cariño y serenidad. En esta estupenda relación intergeneracional, me atrevería a decir que, los nietos rejuvenecen a los abuelos y los abuelos aportan un extra de paciencia y ternura que tanto necesitan los niños. Se establece una increíble relación de complicidad y entendimiento. Los nietos dan un nuevo sentido a la vida de los abuelos y los abuelos son el mejor regalo de los padres.

GRANDES TESOROS
Las familias que cuentan, a diario, con sus propios padres para el cuidado de sus hijos saben que tienen grandes tesoros en casa. Los abuelos siempre han cuidado a sus nietos pero actualmente su papel adquiere nuevos matices porque los nietos pasan mucho tiempo con los abuelos, no sólo asumen el papel de cuidadores sino que también deben contribuir y sumar en la difícil tarea de formar y educar, adquieren más responsabilidad y tiene un papel importante en el desarrollo formativo de sus nietos. 

La palabra abuelos, que tanto significa, es sinónimo de consentir, mimar, proteger y cuidar, pero también, de enseñar, fomentar respeto y seriedad, cumplir normas y sobre todo establecer límites, no todo vale. Los abuelos deben ser conscientes de la importancia de su labor en la familia al ejercer una función complementaria en la educación de los nietos, no sólo cuidan también contribuyen en la formación y educación de los pequeños de casa. No deben cambiar las normas ni hábitos que los padres, con mucho esfuerzo, han logrado.

PAUTAS
Los abuelos juegan un papel muy importante en la educación de los nietos. Lo que necesitan los padres es acompañamiento, completar y complementar, y en ocasiones incluso sustituir su tarea. Es importante destacar que, tanto en presencia como en ausencia de los padres, los abuelos deben poner reglas y pautas a sus nietos, habiéndolo consensuado previamente con los padres. Los abuelos tienen que apoyar a los padres para conseguir que los niños y niñas de casa adquieran hábitos y habilidades que les ayudarán en la vida.
En muchas ocasiones el contacto diario hace que surjan conflictos y perjudica la relación entre padres y abuelos. Partiendo de un punto común que es el bien del menor, es adecuado consensuar (padres y abuelos) cinco pautas:

1. Exponer el modelo educativo y consensuarlo para que los abuelos se sientan parte de la educación y no meros instructores de normas.

2. Establecer que valores se quieren transmitir a los pequeños, el ejemplo es el mejor aprendizaje. Es muy negativo  contradecirse y discutir en presencia de los niños.

3. Tener en cuenta los consejos de los abuelos, ya que cuentan con la experiencia de haber sido padres, ya se enfrentaron a muchos retos y problemas para educar a sus hijos. Ambas partes saben que deben sumar para un adecuado desarrollo en la evolución personal, educativa y formativa de los niños/as. 

4. Potenciar autonomía, fomentar respeto, inculcar seriedad, establecer normas y hábitos adecuados a la edad del menor.

5. Padres y abuelos deben ser flexibles pero no acceder a todas las peticiones ya que tiene mucha importancia en su desarrollo, y no lleva a nada bueno. No somos ni sirvientes ni esclavos de los deseos de los pequeños de la casa. 

Ambas partes, padres y abuelos, deben tener claro, por increíble que parezca, que: 

1. La frustración debe formar parte de su aprendizaje. 

2. Aburrirse es positivo. 

3. Necesitan conocer el significado de NO.

 Si los niños no conocen límites los perjudicados serán ellos en su vida adulta. Es un derecho del abuelo consentir (ocasionalmente) a sus nietos, pero también no desautorizar a sus hijos.

CONSECUENCIAS
Las consecuencias de un menor malcriado, con exceso de protección y consentido, son muchas, por enumerar alguna: intolerancia, agresividad, falta de respeto, irresponsabilidad, impulsividad, dependencia, rebeldía, falta de habilidades sociales, egoísmo... Consentirlos en exceso no les ayuda a crecer, no es positivo ni para su educación, ni para su formación. Los abuelos han sido, son y serán fundamentales y deben completar, nunca contradecir la labor de los padres. Tienen más tiempo para dedicar a sus nietos, la mejor herencia es el cariño y el tiempo compartido. Donde hay contacto con los abuelos hay más cariño y más amor. Siempre nos acompaña su ternura y serenidad, siempre están con nosotros. Su recuerdo es eterno. 

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