XORNAL ESCOLAR

¿Cómo mejorar la comunicación?

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photo_camera Un padre y un joven en un parque.

Estrategias para fomentar el diálogo y mejorar la relación con nuestros hijos e hijas

Esta pregunta o similares, están detrás de muchas de las situaciones que más pueden entorpecer la relación entre padres y madres con sus hijos/as e incluso entre los profesionales que trabajamos con infancia y juventud. ¿Por qué? Pues porque no somos robots y no estamos programados para dar siempre una respuesta adecuada a las vivencias y problemas de nuestros pequeños. 

Pero, como siempre afirmamos en NENOOS, aprender es divertido. La comunicación es un proceso bidireccional que se da entre dos seres que necesitan y quieren transmitirse una información. No solo comunicamos con lo que decimos, sino también con el modo en que lo decimos. Este hecho, es más importante de lo que parece, comunicamos con miradas, gestos y sonrisas, con acciones, con abrazos y desprecios, e incluso con los silencios. Muchas veces pasa que con nuestros pequeños, este flujo, suele ir más hacia una entrevista y “monólogo investigador” que hacia un compartir en dos direcciones. Si yo comparto con un niño/a, él compartirá conmigo, así de simple, pero...así de complejo.

Una buena comunicación es importante para ahora y para después, ya que ayudaremos a los niños a desarrollar su confianza en si mismos y a afirmar sus relaciones con los demás. La buena comunicación, además de servir de ejemplo, les hace la vida más placentera y positiva. Cuando la comunicación es pobre conduce a relaciones frustrantes, a conflictos y a sentimientos de inutilidad. 

Para cambiar algo, tenemos que tomar conciencia de cómo lo hacemos y a partir de ahí invertir cierto tiempo en “entrenar” respuestas y canalizar nuestras palabras para comenzar a hablar escuchando los sentimientos que encierran.


¿Nos ponemos "palabras" a la obra?


 Vamos a conversar con niños y niñas teniendo en cuenta algunos hechos y pautas comunicativas que se demuestran efectivas para mejorar nuestro estilo comunicativo, es fundamental hacerlas nuestras teniendo en cuenta que, como las cosas más importantes de la vida, son lentas, necesitan mucha constancia y gran afectividad . Estás son algunas de las estrategias:

Cuando los niños saben que los aceptamos tal como son, ellos sienten que pueden crecer, cambiar y sentirse bien consigo mismo. La comunicación de aceptación, hace que los niños se sientan bien consigo mismos, y tendrán más posibilidad de llevarse bien con los demás. Debemos acompañarles, escucharles, ponernos en su lugar y ayudarles a superar ese problema sin ridiculizarles. Esta aceptación no tiene porque aprobar conductas inadecuadas.

Cuando alguien se interesa por algo que le contamos, seguro que hará que ganemos confianza y les contemos más cosas, pues con los niños/as les pasa lo mismo, les encanta que usemos expresiones como “Ya veo…, oh…,Mmm…, ¿Qué te parece si?, ¿Realmente…?, No me digas...” Estos abridores de puertas harán que se sientan invitados a seguir contando, a compartir sus ideas y sentimientos. Escuchemos atentamente cuando nos quieran decir algo, no nos llevará más de 30 segundos y evitará pequeñas rabietas y situaciones descontroladas por la frustración de no poder contar lo que tanto les ilusiona en ese momento. Ya de escuchar, hagámoslo bien, ellos se darán cuenta si fingimos que estamos escuchando con en realidad no lo hacemos. 

Muchas veces intentamos obviar, camuflar, disminuir ciertas situaciones que se dan cuando un sentimiento o una emoción les embarga. Este procedimiento, no es nada positivo para los niños/as ya que su cerebro no se libera de esa mala experiencia y seguirá repitiéndose en otra ocasión. Cuando se permite a los niños expresar libremente sus sentimientos negativos, éstos parecen desaparecer por arte de magia. Para esto, es muy importante hacerles saber y entender que detrás de un llanto o un enfado, está un “Tú estás triste porqué murió tu gato” o un “Tú estás enfadada porque María no te dejó jugar con su juguete”. Ayudar a verbalizar sus sentimientos es liberador.

Al mismo tiempo, es muy importante que les expliquemos que nos hacen sentir sus conductas y comportamientos, ellos aprenderán a conocer los efectos de sus conductas a otras personas y les dará herramientas de autocontrol personal. Aprendemos mucho mejor cuando sabemos lo que ocasionamos en los demás y lo que esperan de nosotros los demás, aumenta su responsabilidad.

Hablar en positivo es muy complejo, pero marca la diferencia. Sacar el “no” de nuestra mente es maravilloso y refuerza tanto...Tenemos que tratar de decirles “qué hacer” en vez de decirles “qué no hacer”.
Si soy un niño, y mi padre, mi madre o mi profesora me llama es muy probable que esté tan entretenido en mis juegos y fantasías que no escuche a ese adulto. Por este motivo es muy importante asegurarnos que tengamos audiencia. Llamémosle por su nombre, démosle un toque en el hombro, pongámonos de rodillas, etc...y tras tener toda su atención hablemos.

Ya de hablarles, intentemos ser claros y concisos en nuestra petición. A ellos les cuesta mucho recordar una serie de pedidos, así que si queremos que recojan la mesa, descompongamos la tarea en varias pequeñas para que le sea más sencillo, pueda cumplir las peticiones, aumente su autoestima y así tener ganas mañana en repetirlo.
Cuando tengamos que que decir cosas importantes, es necesario tener firmeza y un motivo para esa realización. Nuestro tono de voz debe de acompañar al mensaje; si siempre nos comunicamos con un tono firme y elevado, no lograremos que ellos diferencien el calado del mensaje.

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