A PSICÓLOGA FALA

Desaprender el género

20170306192715011_result

El reto de caminar hacia la igualdad 

Hoy se celebra el día Internacional de la Mujer declarado oficialmente por la ONU en 1975. Esta celebración tiene más de un siglo de antigüedad, siendo varios los acontecimientos que la originaron. En febrero de 1909 más de 15.000 mujeres se manifestaron en las calles de Nueva York en contra de las penosas condiciones laborales en las que se veían obligadas a trabajar. Un año después, en el viejo continente, la Internacional Socialista proclamó el Día Internacional de la Mujer para reivindicar el sufragio femenino, el acceso a la educación y la no discriminación laboral.  Pero, sin duda, fue el incendio del 25 de marzo de 1911 en la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York, en el que murieron 149 personas, en su mayoría mujeres, el suceso que provocó la mayor indignación y movilizaciones. Más de un siglo después queda mucho todavía por recorrer hacia la utopía posible de la igualdad. Así, si bien es cierto que el 8 marzo es un día de celebración, sobre todo lo es de reclamación. España no es una excepción: brecha salarial, techos de cristal, doble jornada, violencia sexual y violencia de género, son algunos de los síntomas de un sistema social patriarcal en el que la mujer y las personas que desafían las normas tradicionales de género permanecen subordinadas. 

El patriarcado constituye un sistema de organización social en el que el control sobre las instituciones políticas, legales, económicas y religiosas es ejercido por los hombres. Construido sobre la base de las diferencias biológicas sexuales, se sirve de agentes de socialización como la familia, la escuela o los medios de comunicación para legitimarse y perpetuarse. Así, en función de la “marca corporal” sexual se inicia un tedioso proceso de “educación” diferencial que es especialmente fuerte en la infancia y en la adolescencia. Tradicionalmente las niñas son socializadas en la expresividad, la dependencia y la ética del cuidado; mientras que los niños son socializados en la instrumentalidad, la independencia y la agresividad. Asimismo ambos son socializados en la heterosexualidad complementaria como único modo válido de ser hombre y mujer. Se crean así dos identidades diferentes que no son libremente escogidas y que además son desiguales. Sin embargo, en las causas de la desigualdad está también su superación, así, si la desigualdad de género tiene un origen social, cambiar la desigualdad es posible. 
En definitiva, si los agentes de socialización pueden reproducir y perpetuar el sexismo, también pueden, de la misma manera, trabajar a favor de la igualdad. 

PAUTAS
¿Qué pueden entonces hacer los agentes de socialización para promocionar la igualdad de género? 
La familia, como agente de socialización primario, tiene un papel decisivo en la promoción de la igualdad. Habitualmente la socialización de género empieza ya antes de nacer: las expectativas que la familia tiene son diferentes en función si el/la bebe es un niño o una niña y la ropa que se compra, así como la decoración de la habitación, es también radicalmente distinta. Posteriormente, el padre y la madre constituyen potentes modelos a través de los que niños y niñas aprenden la masculinidad y la feminidad. 

Junto a la familia, la escuela desempeña un papel clave: la exclusión de las aportaciones de las mujeres a los diferentes ámbitos científicos, la no inclusión de las aportaciones del movimiento feminista y homosexual en el estudio de la historia del siglo XX, el uso de lenguaje sexista –utilizando el masculino genérico para referirse también a las alumnas-, las imágenes incluidas en los libros de texto -en su mayoría estereotipadas y exclusivamente heterosexuales-, la ausencia de programas de promoción de la igualdad de género, los rincones de juego diferenciados en los primeros niveles de escolarización, o la no intervención del colectivo docente en situaciones sexistas y homófobas en el aula, son prácticas que contribuyen, sin duda, a una socialización sexista y estereotipada. 

En la misma línea, los medios de comunicación, y junto a ellos Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, desempeñan un rol crucial en la socialización de género en la infancia y la adolescencia, funcionando como agentes y espacios de socialización, en los que niñas/os y adolescentes se exponen a numerosos contenidos de odio que trasmiten actitudes sexistas y homófobas. 

Caminar hacia la igualdad exige que familia y escuela trasmitan modelos no estereotipados y permitan a niñas y niños “desaprender el género” y crecer en un ambiente en el que puedan desarrollar todas sus potencialidades. 

Declarar la tolerancia cero hacia el sexismo y la violencia es necesario, pero insuficiente. Dar el salto del verbalismo estéril a la acción es una tarea urgente. La sociedad civil, en el ejercicio de su ciudadanía, debe movilizarse activamente por el cambio, exigiendo a los poderes públicos políticas educativas, sociales y económicas que favorezcan la igualdad real de oportunidades.

Te puede interesar
Más en Xornal Escolar
xornalescolar_0304_otitis_01
Escola de Familias

¿Qué es la otitis?

xornalescolar_0304_nuria_01
De que se fala

Solo lo que suma