Si no quieres tener un animal en casa, perfecto! Pero si lo tienes debes atender a sus necesidades físicas y afectivas de forma correcta.
Hace escasos días me contaron una historia que me hizo cuestionar, aún más, lo poco humanos que son a veces los seres humanos, y digo son porque para nada me incluyo en el grupo de estos desalmados. Me hablaban de una perrita que había sido abandonada por sus dueños, dejaron el piso en el que vivían, se llevaron todos sus enseres, pero se olvidaron de un pequeño detalle, de su perra!!. Lo escribo y se me siguen poniendo los pelos de punta. ¿Quién es el animal aquí? Mejor no contesto. Pues sí, habéis leído bien, dejaron a la perra abandonada a su suerte, sin agua y sin comida. La encontraron casi un mes después, imaginaos en qué estado. Hoy la perra está sana y vive feliz. Quién iba a decir que la historia acababa así, porque no pintaba nada bien. Las leyes deberían ser más duras con esta gente tan irresponsable.
No entiendo cómo se puede llegar a ser tan cruel. No entiendo porque la gente se empeña en tener una mascota cuando no tiene claro lo que eso implica. No entiendo como alguien puede tener valor para abandonar a un animal que ha convivido contigo. No entiendo cómo alguien le puede hacer daño físico a un animal. Y podría seguir con una larga lista de cosas que no entiendo con respecto a este tema.
Si no quieres tener un animal en casa, perfecto! Pero si lo tienes debes atender a sus necesidades físicas y afectivas de forma correcta. Yo soy de las que optan por tener animal en casa, me gusta y me hace más feliz. Además, creo firmemente que los niños que crecen con animales a su lado desarrollan más empatía, más espíritu lúdico y mayor sentido de la responsabilidad. Valoran más la importancia del cariño y el respeto hacia los animales, aprenden a dar para recibir, y muchas veces la mascota se convierte en la mejor compañía del niño; incluso el animal puede potenciar su aprendizaje y sus habilidades sociales. Los niños que conviven con animales adquieren la capacidad de reconocer que hay necesidades diferentes a las propias y lo extrapolan a su relación con amigos y familiares. Crecer con una mascota puede favorecer su autoestima y autoconfianza y potenciar el desarrollo de relaciones de confianza en otros y al desarrollo de la comunicación no verbal, la compasión y la generosidad.
