ESCOLA DE FAMILIAS

La soledad del entrenador

OS CARRÍS (BARBADÁS).- Partido de fútbol disputado en Os Carrís entre el Barbadás y O Barco. Jose Paz

El papel del monitor, educador o entrenador no es solo deportivo, sino también otras muchas, que hacen de él un "líder en solitario" 

Cuando vemos a un/a monitor/a o entrenador/a, nuestra visión de él/ella es la de una persona autosuficiente, responsable, capaz de solucionar todos los problemas, de aguantar la presión, no sólo la deportiva. Al mismo tiempo de tener esta función deportiva, también tiene otras que a menudo no son visibles, como las de gestor, coordinador, administrativo, comercial, director, encargado de mantenimiento, secretario… Y a parte de éstas, y fuera del entorno deportivo, también es marido/esposa, padre/madre, hijo/a, amigo/a, y sobre todo y antes de nada, es persona, una persona con virtudes y defectos, con sentimientos, y con objetivos personales y profesionales. 

Existen actores en el deporte (padres, madres, directivos, deportistas) que ven al entrenador de su club como un superhéroe, capaz de hacerlo todo de forma efectiva, y a menudo escuchamos expresiones como “para eso le pagan”, “es su trabajo”, pero muchos no conocen la realidad de esta persona, su vida personal, sus condiciones laborales, su bienestar y su estado de ánimo.

El entrenador deportivo, también analiza, piensa, reflexiona, recapacita, toma decisiones, observa, pero a menudo se ve condicionado por el ambiente que le rodea, ya sean los padres/madres, el propio club o su directiva, los deportistas, los compañeros de trabajo… Pero el término “soledad” se hace más presente cuando el propio entrenador lo percibe y lo siente. 


El valor de la resilencia


Una persona resiliente, en el deporte, tiene la capacidad de ver los problemas que le van surgiendo como retos y oportunidades, no como un simple problema. Esta capacidad permite avanzar en los objetivos y superar situaciones conflictivas o dificultosas. En los momentos donde el entrenador se ve sólo ante el mundo, cuando le cuesta tomar decisiones que afectan a sí mismo o a los deportistas, es cuando este valor juega un papel fundamental, basado en la autoconfianza, y en tolerar la frustración ante posibles adversidades o estímulos que influyan en nuestra decisión. Es importante no dejarse llevar por los malos comentarios de los demás, pues es el pan nuestro de cada día.


Autoliderazgo


Este es uno de los valores imprescindibles para ejercer como monitor/a o entrenador/a. Esta capacidad, bastante olvidada y muy poco desarrollada, nace de la autoconfianza, de la motivación intrínseca para ser y mejorar como persona y como profesional. Estamos acostumbrados a “intentar” liderar a los demás, pero para poder guiar y ayudar a los demás en sus objetivos, primero debemos liderarnos a nosotros mismos. Debemos partir de conocernos más, saber cuales son nuestras fortalezas y debilidades, conocer nuestros miedos, nuestras emociones, y establecer retos de mejora personal. 


El valor de la persona


¿Hace falta ser buena persona para ser buen/a entrenador/a? Más allá de los estilos y métodos de enseñanza, debemos aspirar a liderar mediante el ejemplo, a trabajar antes los valores que todas las cuestiones más técnicas, pues el deporte es la representación y el ejemplo de la vida misma. No podemos construir una casa por el tejado, y en los cimientos de esa casa, están los valores y la personalidad de ese entrenador, de ese club y de esos padres y madres.“Sacrifícate unos pocos años haciendo lo que otros no están dispuestos a hacer, y disfrutarás el resto de tu vida como otros nunca podrán.” – Mark Hughes.

Equipo: UPCD-Libredon

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