Otra dolorosa lección para el equipo de Gonzalo García de Vitoria, que tuvo la victoria en sus manos durante varios momentos del partido
El COB sigue aprendiendo a golpes la crueldad de una liga LEB Oro inmisericorde con sus limitaciones e impaciente con el lento desarrollo de los jóvenes e inexpertos jugadores de Gonzalo García.
Frío ambiente al comienzo en un Paco Paz con los 1.500 incondicionales de siempre , ya que la falta de victorias impiden la captación de nuevos feligreses. Sólo durante un segundo cuarto muy inspirado -protagonizado por el australiano Daniel Trist- se calentó, y mucho, el ambiente. Más de 15 puntos de ventaja contra un rival tambaleante, salvado por la campana del descanso. Ni en esos detalles tiene suerte el equipo ourensano, una vez más sin Rokas Uzas.
No era mal colchón. Protegió hasta los últimos tres minutos de partido, en los que el Lleida se creció, mientras el COB fue un mar de dudas y precipitación, siempre apoyado por su público.
El fallo en la última posesión de Ahonen -(69-69) todo o nada en un tiro en suspensión que suele meter- remató, con un golpe bajo, al equipo ourensano, incapaz de recuperarse en la prórroga.
¿Compite el equipo de Gonzalo García? Sí, con sus limitaciones. Pero precisa un buen rendimiento de todos los jugadores sin excepción. ¿Es suficiente para salvar la temporada? Ese es el gran reto.
Porque la evidente mejora y madurez de muchos jugadores sufre el contrapeso de la urgencia de las victorias. Los jóvenes mejoran equivocándose, pero el COB no se puede permitir muchos errores.
