ZONA COB

Castigo a un COB acomodado

Ourense. 12-11-2016. Cob-Arabarri. Paz

El equipo ourensano jugó con la suficiencia que no tiene y solo al final tuvo la intensidad que le permitió soñar la remontada ante un Araberri mejor

Canasta de Flis, 2-0. Esa fue la única ventaja que tuvo el COB en todo el partido ante un Araberri que fue mejor y ganó con justicia. Cierto que los locales tuvieron opciones al final de completar una remontada orgásmica pero más aún que, por méritos, el partido no admite discusión. Ganó el que jugó mejor y más cómodo. El que direccionó el juego.


Tres partidos en siete días obligan a un nivel de concentración y acierto que solo los equipos con banquillos interminables o nula presión pueden asumir. El COB no está en ninguno de los dos casos. El Araberri fue el COB de Palma. Llegó crecido y se marchó más aún. Empezó metiendo desde todas las posiciones y jugando de memoria. Fue a menos con el paso de los minutos pero ganó por méritos propios. El que tiene una plantilla configurada a última hora y que se ha ido conociendo en los entrenamientos. Un todo vale sin nada al azar y basado en la confianza en el talento individual que ya no pilla por sorpresa a nadie en la liga. El COB podía acabar la jornada a tiro de los mejores y quién lo hace es su rival.


Berhanemeskel, Papantoniou y Hearst fueron demasiado para un equipo ourensano que nunca acabó de exprimirse en defensa y que cuando lo hizo se quedó mirando al reloj y pidiendo un minuto más que seguro le habría dado la victoria. Porque la remontada pasó de utópica a casi hecha en siete minutos.

Remontada incompleta
El Araberri ganaba por 18 (50-68) a ocho minutos del final y acabó pidiendo la hora. Porque ahí el COB sí apretó las líneas de pase, metió manos en el uno contra uno, fue al contacto en las penetraciones y fue agresivo en el rebote.
En ataque apareció Kapelan, se le sumó Díaz y los de Gonzalo García de Vitoria encadenaron un parcial de 21 a 4 con el Pazo afónico y el rival atemorizado. El Araberri vivió todo el último cuarto de un triple sobre la bocina de Alvarado y un tiro libre de Iván García. Por primera vez en el partido Hearst, Papantoniou y Berhanemeskel tiraron punteados, empujados, intimidados. ¡Y vaya si fue otro partido!
Una remontada que no se completó por detalles. Guerra no terminó bien un alley-oop, luego en vez de encarar el aro pasó al centro de la zona donde había demasiadas manos rivales y Díaz se olvidó de las normas básicas y le metió al pívot un pase al contraataque que lo condenó a los pasos.
Una mezcla apasionante de tripes, pérdidas, nervios y lucha contra el reloj que resumen el porqué  este deporte resulta adictivo. 
El penúltimo error del COB llegó en el cierre del rebote (71-72) y el definitivo cuando, tras anotar Hearst dos tiros libres, la zapatilla de Rowley fue demasiado grande para el dribling de Díaz. Final agrio pero justo con un partido que Hearst sentenció. 
Un COB con méritos para gustar pero deficiencias reconocibles  y complicadas de compensar sin el talonario como recurso. Un equipo que si se exprime es meritorio. Si se relaja, vulgar.

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