LEB ORO

El COB gana donde no lo hizo nadie

photo_camera Mitrovic defiende a Manu Rodríguez en el pabellón de Pumarín.

El equipo ourensano firmó un partido imponente e infligió al Oviedo la primera derrota de la temporada en su pista dejándolo sin el liderato de la liga (70-74)

El COB empezó el 2017 como terminó el 16, ilusionando. Ganó en Oviedo con las mismas sensaciones que salió de Lugo. Cambia el resultado pero lo más importante se mantiene, el juego.

Unos días las rotaciones son un condicionante demasiado pesado y otros insuficiente para lastrar a un equipo que ya no sorprende a nadie. Juega con menos plantilla y cada vez tiene que estirar más los minutos de los 'siete magníficos' pero ratifica que no hay equipo que juegue mejor en la liga.

"El Ourense juegan muy bien al baloncesto". Eso lo decía Carles Marco en la previa. Lo padeció en un partido en el que el líder nunca se sintió cómodo y en el que llegó al final con opciones de milagro.

El COB fue mejor y ganó sin opción a réplica. Porque sí, porque atacó mejor y defendió más. El Oviedo malvivió de un parcial de 12 a 0 en el segundo cuarto y otro de 10 a 0 en el tercero. Fueron los únicos minutos en los que tuvo continuidad en ataque. Demasiado poco para el que era mejor equipo de la liga.

Y fue así por mérito de los de Gonzalo García de Vitoria. Y mucho de culpa está en la pizarra que comparte con Miguel González. El COB llevó siempre las riendas del partido indistintamente de que dominase o no en el marcador.

Atacó y cargó contra Dos Anjos y Dani Pérez y sin el ellos el Oviedo se achicó. Fue menos equipo sin tener además acierto exterior para compensar ese hándicap.

Guerra fue a menos con el paso de los minutos pero Wright prolongó el buen partido de Lugo. Anoche fue el mejor junto a Flis. El lucense se hizo enorme en defensa. Cada ayuda suya fue un eclipse para las penetraciones de Pérez o Lofberg. Un despliegue físico al que los números no hacen justicia suficiente. 11 puntos y 5 rebotes notables para un partido sobresaliente.

El ruso fue el máximo anotador del partido con 21 puntos y con la permanente sensación de estar un paso por delante de todos. De anotar canastas como el que pone sellos o reparte cartas. Porque es lo que tocaba.

Los pívots fueron la clave en la victoria y el perímetro para estar siempre en partido.
Christian Díaz anuló el único empujón local con seis puntos casi consecutivos en la recta final de la primera mitad (27-26). A cada tiro más complicado, con más calidad. En la segunda apareció Mitrovic. 11 puntos de los de verdad. Cuando el equipo pide que alguien tire del carro. Otro como Flis.

Anota porque es lo suyo. Incluyendo dos triples desesperantes para un Oviedo que ya hacía la goma.
La última demostración del COB fue saber ganar el partido. Flis mantuvo la renta (64-70) y Díaz anotó la canasta clave (67-72) tras un triple evitable de Jepersen al que siguió otro espectacular de Lofberg. Kapelan y Wright bajaron el telón desde los tiros libres.

Mientras el cuerpo aguante, que siga la fiesta y en esta LEB Oro sin tiempo para digestión la siguiente cita ya está servida. El domingo toca el Prat en el Pazo.

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