El Granada fue superior y solo el orgullo cobista y el empuje del Pazo permitieron llegar con opciones a un final en el que Zamora falló un triple para forzar la prórroga
La racha del Río Ourense Termal se quedó en cuatro victorias consecutivas. ¡Qué ya está bien! Se cortó la serie en un Pazo que creyó y empujó a su equipo ante uno de los rivales más serios y consistentes de la temporada.
El Granada ancló al COB al suelo desde el primer ataque. Lo acorraló entre las dudas y la desesperación desde la defensa. Una bofetada de realidad en el primer amago de la temporada de los ourensanos para ponerse de puntillas.
Un 0-11 de salida que sería determinante. Obligó al COB a jugar con el gesto torcido lo que quedaba de partido. Desnortado por la mala puesta en escena de Vidal y la incomparecencia de Rozitis. Incapaz de poner trampas a un Granada que anotó siempre con demasiada facilidad y en todas las posiciones.
Es otro COB con Javon Masters al mando y Earl Watson como referencia interior. Más intenso, vertical y contundente, pero complicado de reconocer en ataque
Durante 25 minutos (del 10 al 35) el partido fue un yo-yo. Una pelea impotente de los locales por reducir la diferencia y una sobresaliente solidez de los visitantes para restaurarla. En la primera mitad los intentaron el músculo de Ott, Watson y Masters (36-41) tras ir perdiendo por 13 (23-36). En la segunda, media vuelta de tuerca en defensa y las canastas aisladas de Masters, Stefanuto y Rozitis (46-53). Pero el Granada siempre tuvo respuesta para justificar su superioridad. Casi siempre personificada en la muñeca de Rodríguez y el criterio y la calidad de Rubio. La diferencia se acercó en el marcador a las sensaciones en la pista al inicio del último cuarto (55-70). Y de repente cambió todo.
Reacción final
Un ataque de cinco puntos tras rebote en un tiro libre evitó un descabello prematuro y, casi sin saber cómo, el COB se metió en partido. Dos triples de Zamora, uno de Masters y la experiencia de Vidal para irrumpir a tiempo en el partido estrujaron la ventaja (73-78) con dos minutos todavía por jugar.
Josep Pérez clavó un triple demoledor, pero el COB ya estaba crecido y el Pazo desatado. Punto a punto hasta conseguir el balón del partido. Zamora se quedó solo, pero falló un triple que habría forzado la prórroga. Quizá no hubiese sido justo con el juego, pero solo conseguir esa opción ya hizo justicia al esfuerzo de un COB que es trigo limpio y en el que merece la pena seguir confiando. La meta ya se verá.
