Hace 25 años que en Ourense se inició una revolución en el baloncesto de la mano de André Turner y Chandler Thompson. ¡Qué baloncesto!
El mes de agosto corría por las calles de Ourense. La ciudad, desierta por las vacaciones, solo reaccionaba a la caída del sol, cuando los habitantes sufridores salían a la calle para sociabilizar y hablar de la clausura de unos Juegos Olímpicos de Barcelona que todavía se recuerdan.
En el COB, velocidad de crucero completando la plantilla. Pocos imaginaban por aquel entonces, que ese 10 de agosto de 1992 comenzaría una revolución baloncestística en la ciudad encabezada por una pareja de norteamericanos, el contrastado André Turner y un jovencísimo Chandler Thompson.
Junto a Clarence Kea, Javi Pérez, Carlos Rodríguez, Toni Roca, Javier Berrocal, Raimón Barneda, Tomás González y Walter Guiñazú, el equipo ourensano no solo se convirtió en la sensación de ese año, sino que se clasificó para los play off por el título con un baloncesto alegre y poco visto en España hasta entonces.
Uno de esos protagonistas, el inolvidable Chandler Thompson, recuerda aquella época y en especial aquel verano con cariño y alegría.
En ese agosto de 1992, tras el anuncio del fichaje del jugador de Indiana en La Región, comenzó la primera anécdota, su retraso para llegar a Ourense. De aquel momento, Thompson afirma que "el viaje no fue bien (se ríe). Recuerdo que fui al aeropuerto de Dallas con ocho horas de adelanto, pero como estuve mucho rato con unos parientes me despisté, me dejé el pasaporte en su coche y perdí el vuelo. Después tomé otro pero estuve cuatro horas tirado en Madrid porque no sabía como ir al avión hacia Santiago. Cuando llegué a Galicia no tenía ninguna referencia de la ciudad y ni siquiera sabía donde estaba Ourense. Estuve otras tres horas tirado en el aeropuerto esperando a que me recogiesen. Entonces llamé a Estados Unidos para que localizasen al entrenador y me llevasen a la ciudad. Recuerdo llegar al hotel después de tomar un taxi y estar esperándome Tim Shea, André Turner y John Washington".
Después de probar en la liga de verano con los Milwaukee Bucks, Thompson llegó a Ourense "con el deseo de tener la estabilidad que no tenían muchos compañeros en Estados Unidos, algo parecido a lo que llevó a André (Turner) al equipo. Tim Shea habló con nosotros y nos convenció para venir al equipo. Tim sabía vender el proyecto".
Nueva vida, una ciudad distinta y mucho que aprender. "Fue un choque, pero siempre me sentí muy querido en la ciudad, desde el primer momento y en los tres años que jugué para el COB. Al principio fue complicado por la comida. Nunca fui capaz de comer jamón serrano y el pulpo solo lo probé cuando me fui a Madrid. Aquellos primeros meses en Ourense, con toda aquella comida nueva, fueron duros. Iba mucho a La Romántica ¿sigue abierto? y a una pizzería en el centro de la ciudad".
Y casi sin dejar las maletas en el que sería su nuevo hogar, primer partido de competición, en Copa Galicia ante el OAR Ferrol en Chantada. En ese debut, el preludio de lo que sería la temporada, un espectáculo de mates y baloncesto dinámico que se convertiría en la seña de identidad del COB durante las siguientes campañas.
El resultado, 104-90 y 31 puntos de Thompson, que afirma entre risas que "venía en plena forma, listo para jugar. En ese partido rompí el tablero en un mate, fue un buen comienzo de la temporada".
Un año que comenzó con siete derrotas consecutivas, pero que concluyó con un Coren espectacular, clasificándose para unos play off memorables.
En la primera ronda dejaron fuera al Unicaja Mayoral pero en la segunda chocaron contra el Barcelona, al que pusieron contra las cuerdas pero con el que cayeron eliminados.
Sobre aquel primer curso en Ourense guarda varios recuerdos. El primero "lo tediosos que eran los viajes en autobús, eran eternos. Y luego volver a casa en verano, a Indiana. Era demasiado, un infierno".
El segundo, el primer viaje con el equipo y compartir habitación con Javi Pérez "mi mejor amigo en Ourense. Estábamos en el hotel, no nos conocíamos casi de nada y salio de la ducha desnudo, fue un shock, la verdad. No estaba acostumbrado a eso", vuelve a reírse.
Al final, con el paso del tiempo, el balance que hace es "muy muy positivo. Fui realmente feliz en Ourense. Todos me querían, fue increíble el tiempo que pasé allí. Además, mi hija fue concebida ahí ¿cómo voy a olvidar la ciudad? Siempre que recuerdo mi etapa como jugador tengo al COB en la mente, fue una gran etapa".
