COB, Fuenlabrada y Baloncesto Sevilla todavía no tienen garantizada la categoría en la que van a militar la próxima temporada y condicionan a la ACB
Empezando el mes de agosto y una parte de los aficionados al baloncesto más morenos pero con mucho menos tiempo libre, otros más blancos pero de vacaciones y algunos deseando saber lo que es eso, la mejor competición española de este deporte todavía no puede garantizar los equipos que la formarán. El COB aspira a disputarla. Se lo ganó en la pista y pagó el diezmo. El Fuenlabrada embarra el terreno para que los despachos no lo envíen al mismo destino que el balón y en Sevilla se venden por segundo año consecutivo al mejor postor esperando que las consecuencias sean antagónicas.
Nada ajeno a otros deportes. En fútbol Eibar y Elche se repartieron la última tajada en Primera hasta hace una semana, en balonmano Pontevedra y Cangas supieron el viernes que sí jugarán en Asobal y el rosario de vacantes, dudas y ligas impares es interminable si se tamiza el panorama nacional.
En la ACB en parte es buscado. La Liga sabe que está obligada a cambiar las normas y los requisitos establecidos si no quiere acabar como un solar y de paso sepultar a la que tiene debajo. Lo sabe pero lo mastica durante once meses y lo escupe en el que de verdad toca tragar saliva, ser valiente y digerir que los tiempos han cambiado.
Pasa y cada vez pasará más. Ahora hay un tope que impide acceder a ella y el siguiente paso será un agujero por el que poco a poco empezarán a caer los que saben que solo ese autoengaño les permite seguir en la competición.
Este verano le toca al COB padecer la hipócrita impermeabilidad de la ACB. Al Fuenlabrada mentir y hacer el paripé del enfadado para mantener la silla.
¿Y en Sevilla?
En Sevilla el problema es otro. Tienen plaza asegurada pero no equipo. El dueño es un espejismo y el que quiera relevarlo tiene camino despejado siempre que acuda con la cartera llena. Hacen falta dos millones de euros y que La Caixa quiera seguir poniendo la gallina.
Las sensaciones allá abajo pasaron del negro al gris y parece que poco a poco siguen blanqueando tonos pero nadie se atreve a decir "cuenta con nosotros".
Mañana seguro que se clarifica todo un poco más. O no. Paciencia y litros de tila.