Mejor, cada 15 días

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photo_camera Un mejorado Héctor Manzano defiende a Fede Uclés durante el partido.

El descanso obligado de dos semanas sentó muy bien al equipo de Gonzalo García 

Parece que no vino mal el parón de la semana pasada por la rotura de una pieza de la canasta -¡gracias Dmitry Flis por este último servicio al club!- porque esos días extra de entrenamiento, pulpo y churrasco gallego transformaron a este COB inseguro y blandito en un falange digna de los 300 espartanos de Leónidas.

O eso pareció durante una primera parte espectacular, plena de intensidad, acierto y descaro en ambas partes del campo. La estadística de la misma, con un hermoso 72% de acierto en tiros de dos puntos, un precioso 54% en triples y una diferencia de 22 a 4 en rebotes es para ampliar, enmarcar y colocar en uno de esos pasillos del Paco Paz. Al lado de las fotos del ascenso o de los partidos de la selección española.

Los méritos y el crecimiento del COB son indudables. Gran trabajo táctico de Gonzalo García y sus ayudantes para crear situaciones sencillas de tiro bajo el aro a Orlov y Ndoye. Gran trabajo mental para convertir a Kohs o Moreno en defensores. En recuperar para la causa a Héctor Manzano, con mucho básket en su cabeza, pero necesidad de paciencia y tiempo para ponerse a tono físico.

Si escribimos sobre ritmo, gran trabajo del preparador Chema Royo para mantener al equipo en pie durante los 40 minutos, algo difícil en anteriores partidos. Sin olvidar el excelente, entre médicos y fisio, para recuperar a un lesionado Orlov, lesionado en un dedo, quizá de tanto colgarse del aro rival.

Y achacable al equipo, esa muestra de unión, actitud y sacrificio mostrada durante todo el encuentro. Nada de independentismos. Siempre bajo los mandos de Reggie Johnson -con maneras de clásico base de los 80- y de Rope Ahonen, casi siempre eligiendo la mejor opción. En cuanto sumen a Manzano, la circulación de balón en ataque será todavía mejor.

Dudas solventadas

Tras semejante orgía baloncestística en los primeros 20 minutos, las dudas de los más pesimistas, también realistas, eran saber si el equipo de Gonzalo García mantendría tal nivel en la segunda parte o se desinflaría, como en los últimos partidos disputados.

Semejante acierto, no. Pero el COB sí mantuvo el nivel defensivo y supo conservar la diferencia hasta el final, buen detalle de madurez. Ambas cosas importan, y mucho, de cara a las primeras etapas pirenaicas que se aproximan: Coruña en el Pazo, el próximo miércoles; Valladolid, tres días después en el mismo lugar y Prat -¿con o sin pasaporte?- la siguiente semana.

Lo más importante, es que el COB por fin aterrizó en la LEB Oro. Esta victoria, por número y forma, era más que necesaria para la salud del club y afición.

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