La llegada de Alejandro Martínez al banquillo ha transformado al próximo rival del COB, que ha ganado seis de los siete últimos partidos disputados
Un triple de Víctor Pérez en el último segundo del partido permitió al Oviedo poner fin a la racha de seis victorias consecutivas del Palencia. Es la única derrota del próximo rival del COB desde que Alejandro Martínez se sienta en el banquillo.
"Lo único de lo que nos servirá el haber ganado esos partidos es para tener mejores sensaciones, pero no nos dará puntos de ventaja antes de empezar ni nada por el estilo", valora un entrenador que llevó desde la LEB 2 a la Liga ACB a La Laguna y que se deshace en elogios con el entrenador que lo examinará el próximo domingo (19:00 horas. Telemiño): "Del COB me quedo con su entrenador. Con Gonzalo García de Vitoria iría a cualquier sitio, y no solo deportivamente. Tiene siempre mentalidad positiva y sus equipos, tardarán más o tardarán menos, pero siempre acaban jugando muy bien al baloncesto". Y añade: "Es muy complicado estar muchos años en un mismo equipo y él lo ha conseguido. Es casi ourensano y el COB tiene mucha suerte tener un entrenador de lujo como Gonzalo".
Tendrá fácil el entrenador cobista devolverle lo elogios. Martínez se hizo cargo de un equipo con dudas en las construcción y en dinámica negativa. Llegó un miércoles y ganó el domingo en Palma. Después llegaron cinco más consecutivas hasta asentarse ya en puestos de play off de ascenso a la Liga ACB: "Lo único que puedo valorar es lo que está en nuestra mano y eso supone asegurar la octava plaza, que es la que ocupamos ahora mismo. Subir puestos ya depende de que fallen los demás y en eso no vamos a perder ni un segundo".
Con 15 victorias, tiene la clasificación matemática casi a tiro y la sexta plaza a un partido, aunque lo averages perdidos con Castellón y Básquet Coruña.
Poco a poco han ido encajando las piezas en un equipo con plantilla para competir con cualquiera. La solución a los problemas en la dirección se atajaró dándole galones a Quique Garrido. Ryan Calliste duró mes y medio, Sani Campara es demasiado joven para ser la referencia y Bryce Pressley no ha pasado de ser un parche de urgencia para un puesto en el que es complicado disimular. Ahora Pressley y Campara rotan los minutos que deja libres Garrido y siempre con Andrés Miso o Jordi Grimau en pista como salvavidas de garantías.
Solventado ese problema lo demás ha sido más sencillo. Miso, que también llegó con el tren en marcha, añade calidad a un perímetro sobrado de experiencia con Grimau y Sergi Pino y en el que Toledo añade centímetros y músculo. Un perímetro con fichas de todos los colores y en el que todos tiran, corren, penetran, juegan dos contra dos y hasta suben el balón.
"Al menos intentamos que sea siempre un buen baloncesto, que la gente se divierta, aunque ganar partido a veces son detalles", reconoce sin presumir Alejandro Martínez. Y tampoco se pone el escudo con la derrota casi accidental de Oviedo: "Mala suerte no fue. La suerte son cuentos chinos".
En la zona los problemas de Urko Otegui seguro que lastran. Mientras, Ruffin y Busma sufren un poco en defensa y les cuesta brillar en ataque y Cvetinovic es capaz de ser tan buena amenaza desde la distancia como cualquiera de los exteriores. Un Palencia largo hasta aburrir. Algo que con Alejandro Martínez está prohibido.
