CONTRACRÓNICA

Pepo estornuda, el COB se resfría

OURENSE 19/01/2019-. Cob-Granada, partido de baloncesto. José Paz
photo_camera Varios jugadores del COB agradecen al Pazo el apoyo recibido en el partido contra el Granada.

El mal comienzo del partido condenó al equipo ourensano a jugar al remolque del Granada y sólo se pensó en la victoria en los últimos minutos

Existen equipos buenos, de gran calidad y en apariencia superiores contra los que gusta medirse, porque juegan muy bien, pero te dejan jugar. Existen equipos no tan buenos en apariencia, teóricamente de nivel parejo y supuestamente inferiores fuera de su cancha contra los que odias enfrentarte.

Porque son pegajosos en defensa. Agarran, empujan, golpean tu cuerpo. No te dejan recibir un balón cómodo. No te permiten botar y pensar. No ceden un centímetro. Siempre están atentos a cualquier rebote o balón perdido. No bajan el ritmo hasta el final del partido. No te sorprenden con nada novedoso pero te castigan con lo que ya repasaste en la sesión de vídeo.


Pocos los creerían durante el transcurso, pero el equipo de Gonzalo García incluso tuvo la oportunidad de ganar un partido siempre dominado por un muy serio Granada


El Granada es un equipo de ese tipo. Sí, destaca ese incombustible Guillem Rubio, de quien llevamos lustros escribiendo en esta liga. Sí, también ese Manu Rodríguez que te clava un cinco de ocho en triples. Bueno, aceptamos a Josep Pérez como otro importante, si bien no fue dañino para el COB, hasta los últimos y decisivos minutos.

¿Los demás? Un equipo de currantes, excelentemente dirigidos desde el banquillo. Ni gritan ni alzan los brazos ni anotan canastas espectaculares. Pero anotan. Con sobriedad, ajustados al esquema y sin muchas concesiones a la improvisación. El peor rival para conceder un 0-11 de parcial en los primeros cuatro minutos de encuentro. Demasiada losa para cargar durante los 36 restantes, porque el Granada no es de los que desperdician una gota por el camino.


Un pésimo comienzo


Parte del mal comienzo -tampoco exageremos- respondió a una pésima entrada en juego del base  Pepo Vidal. El uruguayo es tan importante en el sistema de Gonzalo García que si estornuda, el COB se constipa. Extrañó su malhumorada salida, precipitada dirección, fallos bajo el aro, protestas hacia los árbitros. Cometió dos faltas muy rápidas y concedió obligado la alternativa a Javon Masters, capaz de lo mejor y lo peor en la pista. A veces, en la misma jugada. A su favor -y pronto se verá el resultado- están su ambición, intensidad e interés por mejorar.

Con una irregular dirección, el resto del equipo tampoco estuvo brillante, a excepción de Jhornan Zamora, del elegante en sus acciones Alfredo Ott y del terror de los aros, Earl Watson, también capaz de aportar en otras facetas.

No está mal. Insuficiente contra un Granada presto a asentar los cimientos de la victoria. Durante toda la primera parte y parte de la segunda se echó en falta la sacrificada defensa en equipo de otras ocasiones. La que permite correr, anotar, soñar y levantar a un público ayer demasiado entretenido con el arbitraje. Pero el rival, serio, monocorde, aburrido, no permitía ni una canita al aire.

Lo bueno de este COB es que le regalas una caja de cartón y se inventa un tambor. Tras una técnica a Masters, llegó el desmelene: defensa en zona, Zamora sacó el fusil, Watson el cañón, Rozitis y Pepo despertaron. Del 55-70 se pasó a un 80-81 en seis minutos.

Pocos los creerían, pero el equipo de Gonzalo García tuvo al menos la oportunidad de ganar o empatar el partido. Zamora rozó la divinidad pero falló. El Pazo sigue adorándole. Aquí el problema no fue como se termina, sino cómo se empieza un partido

Te puede interesar