LEB ORO

¡Madre mía, qué día!

Ourense. 12-05-2017. Cob-Oviedo, partido de baloncesto. Paz
photo_camera Kapelan se marcha cabizbajo al vestuario.

Un charco justo enfrente de casa se convirtió en el preludio de un partido en el que el COB terminó pensando en que "nunca choveu que non escampara"

Hay días buenos, días malos y luego está el de ayer. Días de esos de esos que ya sabes que van a ir torcidos de inicio.

Sales del portal y pisas un charco que parece el Mar de Bering de lo frío y profundo y ya lo sabes, has escrito el preludio de un día que ya apunta maneras.

El día va pasando, con el pie derecho nadando como una sardina y finalmente llegas a lo que estás esperando toda la semana, el tercer partido del playoff de ascenso del COB. Los amigos te preguntan tus expectativas y no queda otra que mostrarse cauto con el 1-1. "Se puede perder pero bueno...", dices. "El Oviedo tiene mucho y en cualquier momento te la lía aunque si el COB tiene el día, ojo", intentas ser objetivo.

Pero a los dos minutos las expectativas tan prudentes que marcas salen por la puerta de emergencia del Pazo con la misma velocidad que vuela el jamón serrano en una boda.

La pelota, la dichosa bola naranja no quiere entrar y las caras de los jugadores y aficionados cobistas empiezan a cambiar de gesto. 

Primer parcial en contra y comienza la pesadilla. Unos pasos infantiles, un par de 'agresiones al tablero' en forma de ¿tiro? y el acierto de un Unión Financiera de Oviedo con mucho talento y oficio hacen el resto.

Sin alegría y con el Pazo unido contra el arbitraje (pocas cosas hermanan tanto en el mundo como protestar al colegiado), el COB se fue diluyendo en sus miedos, sus bloqueos mentales y su falta de acierto, a pesar de un intento de ánimo del speaker con un "podría ser peor, pero estamos ahí", llegados al descanso.

No fue mejor la cosa después del descanso. El COB, perdido y el Oviedo, con pico y pala. Ahí, en la trinchera que se metieron desde el segundo partido, labraron una victoria incontestable que se decantó definitivamente en el festival del triple que nos brindaron los Manu Rodríguez y compañía.
En esas lides, con la cabeza medio baja por los correctivos del partido y tras un par de acordes de la banda sonora de 'Misión Imposible' durante un tiempo muerto con una desventaja de más de 20 puntos, el choque fue languideciendo hasta terminar con un último periodo en el que todo pasó demasiado despacio, a pesar de la ausencia de cortes en el juego.
Al final, resultado abultado y poco más que decir. 

"Nunca choveu que non escampara" afirmaría rotunda mi madre y esa es la actitud. Lo bueno de un play off es que te permite olvidar un día desastroso y reponerte para la siguiente batalla.
Con la lección aprendida solo queda pensar en que el domingo el COB tendrá su oportunidad de enmendar una mala noche. Quedan dos cartuchos para seguir con vida, lo del charco y la baldosa enfrente a casa, para otro día.
 

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