La primera derrota clara como local del Río Ourense Termal esta temporada en la LEB Oro no resta un ápice de mérito a lo logrado hasta el momento
No todos los días son fiesta, que diría más de uno que conozco. Por primera vez en la temporada al COB no le dieron opción de ganar un partido, las cosas son así.
El cansancio pasó factura a un equipo que volvió a intentarlo, pero al que no le funcionó la maquinaria.
¡Qué complicado es asumir que las piernas no funcionan a pesar de que la cabeza diga que sí! Eso reflejaban las caras de los jugadores del COB, que más que botellas de agua necesitaban unas buenas bombonas de oxígeno en cada tiempo muerto.
La cabeza pedía anotación, defensa e intensidad, esa que hemos visto en casi todos los partidos de la temporada, pero las piernas decían sofa, mantita y un poco de Netflix en el idioma patrio de cada uno de los jugadores. Cosas que pasan.
Eso sí, tirando de canciones de artistas gallegos, "¡Que nos quiten lo bailao!" Lucía Pérez llevó la canción a Eurovisión (fuese cual fuese el motivo no caló demasiado y quién soy yo para cuestionar a los eurofans) y tirando de paralelismo con aquel pico en la carrera de la cantante de O Incio, el COB está en una posición envidiable. Sexto clasificado de la mejor LEB de los últimos diez años, con la permanencia en el bolsillo y con el play off asomando por la esquina.
Por eso, calma y más trabajo, que queda un mes y medio interesante. Eso sí, antes descanso y una buena ración de sofá para afrontar el partido ante el Prat con garantías. Hay buenos mimbres.
