El presidente de la Federación Española de Baloncesto critica a la Asociación por la no inscripción del COB y confirma la concienciación del CSD con el caso
El presidente de la Federación Española de Baloncesto no admite dudas sobre el rumbo que debe tomar el 'caso COB-ACB'.
"Lo que deseo y pido es que este tema termine de la manera más ajustada a derecho y a la situaciones deportivas que se han producido", dice el presidente. Y añade: "Que nadie que tenga un derecho lo pueda perder por nada que no sea porque lo manda la ley".
José Luis Sáez (Badajoz, 9 de marzo de 1960) es nítido. No esquiva las preguntas y transmite preocupación con una situación que ayuda a sacar a la luz muchos de los problemas que tiene un deporte que él abandera en este país.
Habla desde la experiencia del puesto que ocupa desde hace casi 11 años y el conocimiento de un Licenciado en Derecho.
Voz autorizada en ambos prismas para opinar sobre el pasado y el futuro de un 'caso' todavía imprevisible en su desenlace.
"Es un tema preocupante y que ocupa a todo el baloncesto nacional. Que un club consiga un derecho deportivo y no lo pueda materializar a todos nos inquieta y esperamos que pueda resolverse de manera satisfactoria", dice Sáez.
Y rebate el argumento que esgrime la ACB para no admitir el ascenso del COB. Tiene claro que la resolución del CSD anula la zancadilla de la Asociación: "El CSD rectificó el punto esgrimido por la ACB y desde ese momento procedía reanudar el proceso de inscripción y en su caso, si cumple con todos los requisitos, inscribirlo en la competición. No podemos pronunciarnos sobre el cumplimiento todos los requisitos exigidos al COB pero sí respecto a que el propio CSD, el órgano competente en este caso para tratar un análisis de recurso, lo hizo de una manera favorable al COB". Y profundiza en un punto que desmonta por sí solo la trampa a la que se aferra la ACB para no admitir al equipo ourensano: "El CSD considera que el COB no está en causa de disolución y no tenía que pronunciarse sobre la inscripción en la Liga pero deja claro que ese punto sí lo cumple el Ourense".
Sáez tampoco duda cuando habla de la privacidad de la ACB. La Asociación se aferra siempre a su hermetismo y niega al CSD como competente para tomar medidas que afecten a la competición. El presidente de la FEB refresca la memoria a una liga que no es más que la competición más alta de la pirámide: "Aquí hay normas y la primera de ellas es que el deporte debe ajustarse a una realidad jurídica y económica. Nadie se puede olvidar que hay una atribución de competencias que se hace por ley en un momento dado y aquellos a los que se les atribuye la competencia deben cumplir con el objetivo que se les ha pedido. Cuando se crea es para que tenga un desarrollo y me consta que lo que se quieres es que sea una liga abierta y que los equipos que se han ganado estar en ella no se les impongan unas cláusulas que se lo impidan y que ese concepto general se vulnere".
Avanza la intención del CSD sobre el ataque a cualquier liga cerrada o que aspire a serlo y también el camino que elegirá para hacerlo: "El CSD lo que busca es que aquellos que cumplen con los requisitos legales y se lo han ganado deportivamente puedan competir y lo defiende siempre de una forma ajustada a derecho". Puntualiza: "El CSD no está en una guerra con nadie, ni con la ACB ni con ningún club. Aquí de lo que se está hablando es de intentar ajustar una norma a la legalidad".
El presidente de la FEB critica también la reticencia a no abaratar el acceso a los clubes a la ACB: "No se puede desde un punto de vista interno poner cláusulas para incorporarte a una liga profesional cuando asumen unas competencias otorgadas en un marco general legal y que además cuando no tienes ninguna consistencia económica y no te ajustas a la realidad no solo del país si no a un análisis comparativo con otros países o con otros deportes en España".
Y termina resumiendo el asunto. Mensaje contundente: "Por encima de cualquier pensamiento y opinión está el respeto a la ley y a las normas. Estamos obligados a acatar sentencias que vienen desde un punto de vista jerárquico. Todos, y también la ACB, estamos obligados a respetar las normas y a cumplir la ley".
