El conjunto ourensano sumó la tercera victoria consecutiva de la temporada, esta vez ante el Melilla, en un partido que dominó de principio a fin
El Club Ourense Baloncesto completó una semana de ensueño, con tres victorias en tres partidos, gracias a un peleado y brillante triunfo ante el Melilla de un Pedro Rivero y un Marcos Suka Umu que volvieron a ser recibidos con una sonora ovación del Pazo.
Triunfo coral de un COB que se mostró solvente y lúcido en los momentos clave del partido para dominara un rival que gozó de excesiva bula arbitral, especialmente en un último periodo eterno, marcado por las faltas personales, muchas de ellas tremendamente dudosas.
Dmitry Flis dio el primer aviso para los de García de Vitoria. los nueve primeros puntos de los ourensanos llevaron su nombre, primero con un triple, después con dos canastas debajo del aro y para terminar con dos tiros libres. Mientras tanto el Melilla se mantenía en el encuentro gracias a los puntos de Suka y un imponente Oliver Arteaga, imponente bajo el tablero.
La igualdad marcó este primer cuarto, en el que el COB gozó de siete puntos de ventaja (9-2) pero que fueron neutralizados para terminar 22-18.
La entrada en cancha de Martín Rodríguez revolucionó el ritmo del partido en el segundo acto. Cada vez más asentado en la categoría, el vigués desquició a Jorge Sanz que vio impotente como el COB abría una brecha con tres triples consecutivos (Kapelan, Hittle y el propio Rodríguez contra tabla).
Diez minutos de buen juego que sacaron del partido al rival de los ourensanos, viéndose por momentos por encima de diez puntos de desventaja. Solo Van Wijk y pequeños detalles de Rivero evitaron que el Pazo cantase victoria en el momento de irse al vestuario (45-36).
El Melilla se convirtió en el equipo de las grandes ocasiones después del descanso. Un parcial de 0-9 nada más salir del vestuario sorprendió a los ourensanos, que solo reaccionaron con un tiempo muerto de García de Vitoria mediado el cuarto. A partir de ahí, con unos buenos minutos en la dirección de Díaz, el COB respondió con un parcial de 7-0 que cayó como una losa sobre los norteafricanos. Una antideportiva a Suka y una técnica a Rivero dieron tranquilidad a los locales, que tras el susto por un golpe a Wright que quedó en nada, terminó el periodo 66-53.
Los árbitros se unen a la fiesta
Los últimos minutos estuvieron marcados por las decisiones arbitrales, que condicionaron y mataron un partido hasta el momento de gran nivel. Faltas cuestionables en contactos ínfimos o inexistentes o en tapones legales, casi siempre en contra del COB, apretaron un marcador que apretó el resultado pero no las sensaciones de los de García de Vitoria.
17 faltas personales que llevaron el partido hasta las dos horas con un Melilla buscando la remontada a la desesperada y un COB, que vivió una nueva noche de inspiración de Diego Kapelan, autor de seis triples y puntos en momentos clave. Al final, 77-72 y excelentes sensaciones para un equipo que va a más. Siguiente parada Básquet Coruña.
