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Con ellos empieza todo

Los primeros entrenamientos, el primer entrenador o el primer partido que juegas defendiendo unos colores de un equipo son cosas que no se olvidan. Tampoco las primeras broncas más que justificadas desde la banda, los primeros cabreos por no jugar y las primeras victorias y derrotas.

Ahí, en un pabellón de deportes cualquiera, de los muchos que pueblan la geografía ourensana comienzan los sueños de muchos niños que dan sus primeros botes a una pelota naranja.

Entre ejercicios y juegos, los más pequeños de la casa adquieren mucho más que conceptos deportivos, aprenden a ser personas gracias a la figura de los entrenadores, mucha veces en un inmerecido segundo plano.

Resulta complicado ver como en muchas ocasiones se está perdiendo el respeto a su figura, imprescindible en la formación de las personas del futuro.

En una sociedad en la que prima el resultado sobre la constancia y el sacrificio es fundamental reforzar esta figura, no solo en las canchas mediante el respeto y las normas de convivencia, sino en casa, a través de conductas que fomenten la empatía, una cualidad que parece que ya no existe en este bullicio de gente.

Por ello es importante que surjan actividades como la que celebran de la mano La Región y Carmelitas. Un torneo para pequeños grandes jugadores en el que no hay resultados. Un día de convivencia que muestre a todos que más allá de un marcador debe haber un crecimiento personal que marcará de forma clave su futuro.

El sábado por la tarde el Vedruna deberá llenarse de emoción y baloncesto, el objetivo hacer crecer un deporte enraizado en la cultura de la provincia.

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