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El agroturismo es el futuro del campo

Si estás cansado de atender tu granja estás de enhorabuena: hay un montón de gente en la ciudad con ganas de pagar por romperse la espalda. Es cierto que no son muy diestros en las materias agrícolas pero no es menos cierto que a caballo regalado no se le mira el diente. No nos vamos a poner ahora estupendos. Podrás sentarte en la silla y empezar a dar órdenes y habrá un montón de tipos entusiasmados obedeciéndolas sin que por ello nadie pueda acusarte de esclavitud. Es maravilloso.

LA CASITA

La mayor parte de los apasionados del agroturismo buscan algo que sea realmente convincente. Lo que ellos llamarán ‘auténtico’. O sea algo inmensamente asqueroso, precario, y doloroso. Mucho más de lo que puede resultar cualquier granja hoy. Así que deshazte de todos los instrumentos modernos y electrónicos, y limítate a aquellos medios con los que trabajaban la tierra los chicos de la Edad de Bronce. Eso les encantará.

HAZ CHISPAS

Por razones que la gente del campo no podrá entender jamás, a los tipos de ciudad les vuelve locos todo aquello que hace chispas. Si quieres que tu casita de turismo rural se convierta en un auténtico festín de turistas y reservas, dedica al menos una estancia a un taller iluminado con velas, en el que te dediques a alguna actividad tradicional con chispas: la forja de hierro causa furor en estos momentos.

De todos modos, para conseguir las chispas sean lo más eficaces posibles es importante que inventes una historia detrás del taller: por ejemplo, puedes decir que desde hace veinte generaciones tu familia se dedica a forjar el hierro de esta manera para hacer cuchillos y herramientas de trabajo. Por supuesto, esconde todos los cuchillos normales, y pon por toda la casa piezas forjadas por ti: las puedes conseguir en cualquier tienda de objetos rurales, o es necesario que te quemes.
Ten cuidado, eso sí, con la ropa durante las demostraciones: me han dicho que la mancha de hierro al rojo vivo no sale.

EL PRECIO

Busca lo que cuesta una noche en un hotel de lujo y multiplica por cuatro tu oferta. Si no les haces pagar una millonada creerán que eres un hotel rural ‘cutre’, que al parecer es aquel que tiene aire acondicionado y piscina climatizada. Debes ofrecer una experiencia salvaje que marque para toda la vida a tus clientes. De hecho, no está de más que rompas varias ventanas, cortes el agua caliente, y sueltes lobos por los pasillos cada noche. Hazte un seguro por si algún lobo se come a Caperucita y estropea el cuento. Los turistas de ciudad se ponen como fieras cuando hay bajas entre sus filas.

UNO MÁS

A los aficionados al agroturismo les encanta que te sumes a sus vacaciones. No es lo mismo si no te sientas en su misma mesa, mojas en sus platos, y en caso de parejas, duermes entre los dos, contándoles cada noche cuentos sobre la vida en el campo. 

EL GALLO

Si no tienes un gallo que cante al amanecer, bájatelo en mp3 y ponlo cada mañana por los altavoces. Un casa rural sin gallo es como un disco de Enrique Iglesias sin gallo.

LA HUERTA

Este verano me he estado especializando en este tipo de actividades, como parte de mi intenso trabajo de documentación para esta saga de artículos estivales. He dedicado más de un mes a atender a diario una pequeña huerta con sus calabazas, calabacines, pepinos, melones, tomates, y verduras varias. El resultado está siendo sobrecogedor. Hace un par de días tuvo que rescatarme el vecino cuando caí sepultado detrás de un pepino del tamaño de una central nuclear. Por otra parte, he sufrido varios desvanecimientos al intentar regar el campo a más de treinta grados. 
Concluyo que es un trabajo duro si la vida te va en ello, pero realmente relajante si te apetece una jubilación fértil, en el sentido literal de la palabra. Quiero decir que yo antes de entregarme a los pepinos me retiraré a dedicarme a los libros, pero en cambio creo muy probable que toda esa masa de gente que está deseando salir del asfalto y aprender actividades campestres, disfrutará como niños viendo crecer los melones en la huerta y subiendo a Facebook constantemente las imágenes de la cosecha. Al respecto, un consejo, a la luz de mi propia experiencia. Hace unas semanas casi me cancelan mi cuenta en varias redes sociales por subir una imagen de la cosecha de julio bajo el inocente comentario ‘les presento a mi pepino’. 

ANIMALES
agroturismo_perfil_resultSi quieres enfocar tu negocio de agroturismo a las familias de clase media alta, lo ideal es que incluyas animales. Plantar lechugas puede resultar muy divertido, pero es muy difícil que alguien termine enamorándose de una lechuga, hasta el punto de sentir que ha de volver el próximo verano para darle sus cuidados. En cambio, por razones de nuevo inalcanzables al común de los mortales, la gente de ciudad que veranea en destinos rurales haciendo tareas agrícolas y ganaderas, considera que las vaquitas, las ovejitas y los cerditos –a los que suele poner nombre y hablar con gran cariño- necesitarán su amor dentro de un año. Es más, que se acordarán de ellos. Aprovéchate de esta circunstancia.

En cuanto a los bichos que puedes tener, hazte con un par de perros, pon muchas ovejitas minúsculas, y reduce al máximo las ocas y las gallinas, y en general todos aquellos animales a los que les divierta picotear el culo a los clientes de tu hotel rural. 
 

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