Cartas al director

¡Me leen fuera de Ourense!

“Es mejor ser examinado que ignorado” (Mae West, ex actriz y ex dramaturga estadounidense)

Albergaba la creencia de que  la lectura de mis cartas al periódico local no alcanzaba más que a un reducido número de lectores residentes en esta ciudad y su provincia. Mas, no es así. Publica el periódico una carta de una persona afincada en una localidad de la ría de Vigo.

Es una respuesta a una anterior mía bajo el título “Están salidos de madre”. Este título, así como su dedicatoria, no han sido del agrado del autor de la respuesta. Hasta allí llegó su pretendido análisis. Y ello es así, porque del fondo del texto, que era la legalidad de los procesos franquistas, nada responde. Solamente lo resume en que los consejos de guerra se practicaron en los dos bandos enfrentados. Pero la diferencia estribaba en que se imputaba el delito de rebelión en sentido contrario. El término de “la  justicia al revés” lo acuñó el cuñadísimo Serrano Súñer.

Pude haber pecado de sintetizar la legalidad de aquellos procesos. La redacción me exige unos límites de extensión, que no debe sobrepasar mi prosa. Pero a pesar de ello, el lector de la respuesta, no ha sido capaz de ni siquiera analizar.

Toda su respuesta se circunscribe a exaltar la figura del militar de la dedicatoria. Con su pan se lo coma. Poca credibilidad se manifiesta en identificar este general como demócrata, cuando es de notoriedad pública que en medios de comunicación, principalmente en cadenas de televisión, defiende a Franco y su régimen. Le recomiendo visualice las hemerotecas. Felipe VI, monarca actual y comandante en jefe de las fuerzas armados, calificó a aquel régimen de dictadura. Y a quien la defiende, como es el caso del militar de referencia, yo no puedo calificarle de demócrata.

En cuanto a mi expresión “el espía que surgió del frío cuartelario”, tiene causa en que durante el tardofranquismo se dedicaba a ser enlace de la CIA en labores de espionaje. Y que durante algún tiempo mantuvo silencio, a excepción de cuando mostró su solidaridad con los familiares de los encausados por la intentona del 23-F, aunque manifestara su oposición a aquel golpe.

Termino agradeciéndole a esta persona de Moaña el que me haya leído y me haya analizado, aunque haya sido por las ramas. Lo que yo pretendía en aquella carta era intentar demostrar la poca legalidad de aquellos procesos, que defiende el general Fernández-Monzón. Quería hacer buena la expresión: “Yo no insulto. Yo demuestro” de Eugene Ionesco en su obra de 1959 “El rinoceronte”. Y si alguien insulta es ese militar disque demócrata es a las víctimas  de aquellos procesos y a sus deudos. El resto, el que me juzgue sin objetividad, me trae al pairo.