Cartas al director

Precisamos camareros bilingÜes

“Si un norteamericano se baja de un trasatlántico en el puerto de Vigo y se va a sentar en un restaurante donde el señor que le atiende es capaz de entenderse con él, estoy convencido de que más norteamericanos acudirán a este restaurante donde se puede hablar con normalidad la lengua que el cliente necesita”. (Alberto Núñez Feijóo, Ourense, 20.09.2016).

Decía Pat Morita actor norteamericano de origen japonés, que interpretara el papel de Sr. Miyagi en Karate Kid, que “no existen malos alumnos, si no malos maestros”.  El Sr. Núñez Feijóo ha tenido un buen maestro, Mariano Rajoy, quien ha experimentado en carne propia lo que es no enterarse de nada, cuando dialoga con un mandatario que le habla en inglés. Sea, pues, que le ha salido un alumno aventajado.

Siento suma curiosidad como le dirá en inglés al bwana yanqui, que ha desembarcado, el camarero al brindarle un ribeiro y pulpo a feira. Pero no nos quedemos en la literalidad del párrafo. Hay un gran trasfondo de política social. Preparar a camareros para que puedan emigrar a países de habla inglesa, para que puedan percibir más salario en menos horas de trabajo. El trilingüismo por el que aboga va más allá del sector hostelero. Siendo su electorado de marcado perfil rural, que pueda entender el turista, quien busca la paz del desierto gallego, cuando el labrego anciano se dirija a sus vacas con la expresión, vaca ven, vaca vái.

Aunque toda comparación es odiosa, he residido en países anglosajones, incluso tuve que trabajar de camarero, de lavaplatos, de recepcionista de hotel, sin haber recibido una educación plurilingüista como la que propone el Sr. Núñez Feijóo. No hay más escuela que la necesidad. La necesidad obliga. Pero la política educativa necesita otras armas. Empezando por invertir más en ella, en más medios y en personal docente. Es decir, lo contrario a una política de recortes, que el gobierno gallego lleva a cabo. Lo otro, es carallada electoral.

Ya me imagino a un aluvión de turistas pegándose a codazos para entrar en cierto restaurante donde un compatriota suyo le atendió un camarero en inglés very well. De eso sabe mucho la Sra. Ana Botella.