Cartas al director

La izquierda inútil

Ese es el nuevo mantra puesto en circulación por el "aparato" del P(so)E, y secundado por las derechas –con quienes coinciden en lo fundamental-, con el que pretenden trasladar a sus potenciales votantes el mensaje de la inutilidad de aquellos partidos que, reivindicándose de izquierdas, no pueden llevar a cabo sus objetivos; bien sea por incapacidad política, personal o institucional; bien por utópicos o irreales en el mejor de los casos, les dicen ellos. Y ya se encargan bien de aislarlos, no apoyando sus propuestas, aunque sean razonables, para que tengan la menor repercusión pública posible. Serían, en todo caso, la izquierda inútil, aquellos que, haciéndose pasar por tales, la traicionan a diario con su praxis política.

Acabo de ver por TV el triunfo de Sánchez en las primarias del P(so)E, deseado y esperado no sin ciertas reservas, confiando en poder restituirle a su partido las mayúsculas "SO". Creo que no habrá problemas si mantiene lo que le confesó a Jordi Évole en la entrevista de la Sexta, posterior a su dimisión de todos los cargos, más o menos con estas palabras: “… me equivoqué con Podemos y me parece indispensable un pacto con ellos para hacer una política de izquierdas en España”. Al menos, éste era el sentido de lo expresado, y es obvio.

El batacazo de todo el "establishment" político y mediático en este país ha sido de órdago, y ya sólo eso merece un brindis, acostumbrados como estamos los situados en el lado perdedor de la historia –a corto plazo, pero no al largo- a que los trajeados de corbata y camisa azul cielo intachables, con sus rostros de impostada seriedad tras la que esconden sus afanes de codicia y ambición ilegítimas, se salgan siempre con la suya. Pero esto no ha hecho más que empezar: desde ya, comienza la batalla por la reconquista y anulación del candidato triunfante, presidida por la Brunete madrileña, emulando lo sucedido en el caso Borrell, reencarnado en Sánchez.

De momento, se me han dilatado las pupilas de incredulidad cuando he visto, al final de las palabras de Sánchez compareciendo tras la victoria en la caja tonta, a los militantes que lo arropaban, jóvenes en buena parte, entonar el canto de "La Internacional", con clara expresión de sus estrofas y puños en alto. Cosas veredes e non las creeredes.