Hace meses inicié una nueva aventura con mis pupilos de diferentes culturas y disfrutando de la diversidad. Cierto que me he dejado la piel cada día enseñando aquello que deben aprender para salir ahí fuera y defenderse en la sociedad. Digamos que he toreado, pero hoy no hablo de tauromaquia, aunque me ha tocado llegar a esa plaza de toros y enfrentarme a miles de situaciones. Como buen bombero-torero, he capeado con mi capote y espada el día a día. Muchas veces ingeniármelas para lograr la atención de estos jóvenes. Hoy me pregunto: ¿Lo hice bien? ¿Ha cambiado algo en sus vidas? ¿lograran alcanzar sus metas?… demasiados interrogantes. Pero espero que todos ellos alcancen sus objetivos y sigan formándose. Y que sean unos/as bellísimas personas, que respeten, que sean tolerantes y ayuden a los demás…
Mentiría si dijese que no hubo momentos de incerteza, inseguridad, decepción… Todo ello lo he ido capeando como un buen bombero-torero. Y haciéndoles ver lo importantes que son. Hoy puedo sonreír, pero han sido meses de locura… Trabajar con ellos ha sido una experiencia gratificante. Me ha tocado torear en una buena plaza de toros. Pero en breve me tocará, como el Dúo Sacapuntas, torear en la gran plaza, y decir: “¿Cómo estaba la plaza? La plaza, abarrotá, abarrotá de gente…” Sea grande o pequeña, con aforo limitado o no… debo demostrar un año más mi valía. Tendré que poner en la palestra mis conocimientos, mi capacidad para dar resolución a lo que me planteen. Espero lograrlo una vez más y poder adentrarlos en ese maravilloso mundo del saber desde mi ventana de bombero-torero.
Solo puedo decir que hoy me toca decir adiós a mis pupilos. Un adiós en voz baja. En un suspiro que nadie sea capaz de escuchar. Hoy siento que toca sonreír y desearos campeones/as un feliz siguiente capítulo. Quisiera formar parte de él. Quisiera que todos siguiésemos en él. Pero la vida debe de seguir y, en breves momentos, habrá que escribir ese punto y aparte que a muchos nos separará. Cada uno seguirá componiendo su historia…
