Hace pocos meses hemos sufrido en Galicia unos incendios presuntamente intencionados que han hecho un daño irreparable en el ecosistema gallego. No dudo en que la mano del hombre está detrás de la mayoría de ellos, por no decir de todos ellos, no obstante, sí que diré que el estado actual de los bosques y fincas gallegas no es el adecuado en lo referente a la conservación, por tanto, podría pensarse que son favorecedores para que dichos incendios puedan cobrar vida en cualquier momento dada la cantidad de maleza existente en los mismos.
Su estado no es el idóneo y se puede plantear, por parte de la Xunta y/o ayuntamientos afectados, el que las brigadas que están para vigilar los posibles incendios y estado de los montes vean ampliado su contrato hasta diciembre puesto que, por desgracia, el cambio climático ha generado que el verano dure muy poco pero, las altas temperaturas llegan hasta el último día del año, y eso hay que tenerlo en cuenta.
Creo que es de necesidad la limpieza de todos los montes y fincas privadas obligando a sus propietarios a la misma. Es tan sencillo como que el Catastro ceda los datos de los mismos si no están ya en nuestra base de datos. En caso de que dichos dueños no lo hicieran, los ayuntamientos harían dicho trabajo pasándoles su factura y, en caso de demora, con su correspondiente recargo. Si se hace bien, no debería haber la posibilidad de no cobrar y, si se diera el caso, el ayuntamiento podría, como pago, quedarse con la finca para el uso que considere adecuado.
Con todo esto se genera más empleo y estabilidad para todos. Creo que es una medida sencilla, fácil de hacer, que contentaría a todos por igual salvo los que quieran estar al margen de la ley, y que debería ser aceptada por todos los partidos políticos independientemente del color de su formación. Otra cosa es que se quieran colgar galones por el logro alcanzado, pero seamos, por favor, optimistas.
