Cartas al director

Del buen funcionamiento de la sanidad pública

El día 23/03/2016 acudí con mi hijo de 17 años a Urgencias a la Residencia en Ourense por un dolor abdominal fuerte que no remitía en el domicilio. La hora de ingreso, en dicho centro fue la 01:36. Desde su ingreso clasificado como urgencia amarilla, siguiente a la más grave, estuvo en el box nº 9 sin prestarle la más mínima atención médica hasta las 08:30, ya con el nuevo personal de cambio de turno.

No fue atendido, ni valorado, ni explorado físicamente para descartar la gravedad de la clínica. Tuve que increpar al jefe de servicio a las 7:45 que entraba a trabajar, dándome la razón como a los tontos y diciendo que estaba de acuerdo con todo lo que decía, que en breve me mandaría a un médico a ver al chico, después pasa por el box donde estaba mi hijo y le dice textualmente:  “enhorabuena  por no haberte muerto esta noche”. 

Ahora entiendo cuando la gente pierde los papeles y falta al respeto al personal o hay agresiones físicas, siendo el personal el que menos culpa tiene, debido al  abandono y a la desatención por falta de personal y desesperación de estos profesionales excepcionales por los recortes sufridos a cambio de los beneficios personales de los gestores de esta buena sanidad. A cambio de estos recortes otras ganan premios de gestión y el personal sanitario sufre en sus carnes la desesperación y el abandono en el que tienen que trabajar.