Cartas al director

A vueltas con las 
pensiones

Parece que todos los males de mi querida España son debidas a los pensionistas y cómo no a las pensiones.

Los mayores ya estamos hartos de ser maltratados en las consultas médicas en general y sobre todo en las dichosas listas de espera. ¿Pero el céntimo sanitario no era para acabar de forma definitiva con dichas listas? y ahora nos siguen maltratando al aumentarnos la pensión solamente el 0,25% que en el mejor de los casos supone un aumento mensual de cinco euros.

No contentos con eso, también nos retraen de IRPF el 16, el 17, el 18% etc, pero ese impuesto ya io hemos pagado durante nuestra vida laboral, ¿por qué lo tenemos que volver a pagar una vez jubilados?, lo pagamos dos veces, seguro que alguien me lo aclarará.

Pues tendrán que mirarlo bien y pensarlo mejor, ya que somos sobre nueve millones y medio de pensionistas y todavía no hemos salido a la calle. Pero lo haremos; no solos, iremos con nuestros nietos y sus cochecitos junto con el resto de la familia a la cual mantenemos como consecuencia de la falta de trabajo.

Sobre la decisión gubernamental de la congelación de las pensiones contributivas, se han escuchado infinidad de comentarios y a mi juicio centraré mi opinión en dos cuestiones: arbitrariedad e ilegalidad.

La congelación es arbitraria porque trata de dividir a los pensionistas en dos grupos, los que perciben prestaciones contributivas que generaron durante su larga vida laboral y los perceptores de prestaciones no contributivas o graciables. Se castiga a los primeros con la congelación de sus haberes y se mantiene a los segundos la revalorización anual. La ley de pensiones establece que todas serán objeto de revalorización automática según el incremento del I.P.C. Por lo tanto se arrebata a un sector de los pensionistas un derecho ganado durante su vida laboral. La ilegalidad se debe a que al ser pensiones no contributivas o graciables, el Estado debe pagarlas con los presupuestos generales y no de la caja de las pensiones, ya que estas son exclusivamente de los trabajadores y de las empresas que son los que cotizan para ello.

En todo caso, para que no haya una diferencia tan grande, sería bueno que los diputados, parlamentarios, cargos, carguitos y carguetes se bajen el sueldo considerablemente, al estilo de las pensiones, para que sepan lo que es vivir con grandes dificultades. Sería una buena manera de dar ejemplo y que no le tocara a los de siempre.