Se nos ha ido un amigo, un compañero de viaje, un empresario de raza, un empresario de los de verdad. De los que crean empleo, de los que en plena crisis hacen crecer su empresa, en facturación, en plantilla laboral y en infraestructura empresarial. Un empresario de los que tienen una mente abierta y una visión amplia del mercado y de sus posibilidades. No, no es fácil escribir sobre un amigo que se ha ido demasiado pronto, demasiado joven y aún con tantos proyectos empresariales por desarrollar todavía. Le quiero agradecer el tiempo que estuvo como nuestro presidente en la CEO, su confianza en mi persona para poder acompañarle desde el comité ejecutivo y su junta directiva en la casa común de todos los empresarios de nuestra provincia, en la Confederación Empresarial de Ourense. Su gestión y paso por la CEO nos hace sentirnos orgullosos a todos por su coherencia, buen hacer, rigor y sentido común en sus decisiones. Siempre tuve claro que su madre Carmen y su esposa Elena eran su matriz, sus sólidos apoyos y la luz que guiaba sus pasos. Para ellas y para toda su familia un fortísimo abrazo y mi pesar por su pronta pérdida.
Pero nos deja su legado. El respeto para que nos respeten. El ayudarnos para que nos ayuden cuando lo necesitamos. El colaborar para pedir colaboración. Todo ello siempre con la mente abierta y la mano extendida en aras del díalogo, consensos y acuerdos por el bien del interés general de todos los empresarios y empresarias de nuestro Ourense.
La CEO sigue, y sus valores y principios también. Una CEO que estará eternamente agradecida al que siempre será su presidente, José Manuel Pérez Canal. Que descanses en paz amigo y compañero.
