Cartas al director

A mi amiga María Rosa Iglesias Álvarez

Mi querida amiga Rosi.

La noticia de tu fallecimiento a través de tu prima Neli,
el jueves día 4 de enero me ha dejado desolada,  consternada, triste e impotente. Sabía que estabas enferma, me lo habías comunicado y estaba convencida de que lo ibas a superar. No me podía imaginar este desenlace tan rápido, tan de sorpresa, al menos para mí. Sólo me consuela el pensar en ti y escribiéndote me engaño por unos momentos y me ilusiono con la fantasía de que va a sonar el teléfono y voy a escuchar tu melosa voz. Siempre eras tú la que me llamabas, para interesarte por mí y entre risas recordábamos las mil y una anécdotas de hace años, cuando fuimos a clases de pintura. La verdad en aquella época nada hacía presagiar que enfermaríamos las dos más tarde. Como eres mujer de Fé, sé que Dios te ha recibido con los brazos abiertos, así puedes disfrutar de todos tus seres queridos del Paraíso prometido. No te olvides de abrazar a mi papi, al que tanto quería y sigo echando mucho de menos y también a todos mis amigos/as que últimamente tuve la mala suerte de perder. Yo también sueño con ese encuentro. Mientras, procuraré seguir tu ejemplo y ser tan buena persona como tú lo has sido. Te voy a echar mucho de menos. Seguiremos comunicándonos desde el corazón. Te quiero.