Cartas al director

A vueltas con el AVE

Año a año vemos como este tema, al igual que muchos otros, podrían entrar en el programa de José Mota “Hoy nooo, mañana!” Llevamos años escuchando como establecen fechas estimadas de finalización de las obras del AVE a Ourense. Hace años que ya funcionan los tramos desde Coruña y Vigo, pero Ourense una vez más está en tierra de nadie o quizás está en un mundo virtual o universo paralelo. Justificaciones muchas y de lo más peregrinas que por supuesto no voy entrar en valorar. Ahora sueltan la bomba del año 2022 y luego los matices.

Tampoco olvidemos que la última noticia de este despropósito se publica justo antes de Semana Santa. ¿Qué pretenden? ¡Que como son de los de caminar bajo palio eso les exonera, que están por encima del bien y del mal! ¡Que así la noticia como tantas veces quedará eclipsada por las procesiones y las cervecitas en la playa! Puede que para muchos sus maniobras de distracción den resultado, pero para algunos ciudadanos con un mínimo de coherencia y sentido común no es suficiente.

Pues señores, por mi parte y a quien corresponda les diré lo siguiente: Déjennos, olvídense de nosotros, olvídense de nuestro pulpo a feira, de las termas, de nuestros hermosos paisajes, de nuestros buenos vinos. Y sobre todo olvídense de la buena gente que vive en este pequeño poblado de la Gallaecia que a pesar de ustedes y de sus embustes y olvido constante van a seguir resistiendo tanto asedio y tanta mentira. Y cuando tengan la necesidad de salir del Centro de la Galaxia (Madrid) para visitar el espacio exterior (Coruña o Vigo) para tomarse una buena mariscada, por favor, háganlo por avión, pues al fin y al cabo es su hábitat natural, vivir en las nubes. Consideren este pequeño espacio como un agujero negro, al que si se asoman pueden ser abducidos. Por favor, déjennos en paz, no nos den pero tampoco nos quiten ya lo único que nos queda, que es nuestra dignidad.

Por supuesto que los que vivimos en este agujero negro invisible tenemos nuestra parte de responsabilidad cívica y política. No se me escapa que todavía no hemos podido limpiar nuestra sangre y nuestro ADN de tantos años de veneno caciquil. Pero a pesar de mi indignación tengo la esperanza de que hasta el 2022 seamos capaces de encontrar el antídoto y cuando lleguen montados en su flamante AVE se encuentren a otro pueblo recibiéndoles, que ya no sea el pueblo que no sé si influenciado por su Plaza Mayor (no olvidemos que es la única Plaza Mayor inclinada de España) parecería que todo les resbala.