La sociedad apuñala con lanzas turbias de veneno por la espalda... El mundo se detiene a tu alrededor, en la sensación única de que lo único que gira eres tú, también quieres parar y no puedes.
El telediario aglutina muertes en cadena de familias destrozadas, de niños que no eligieron en donde nacer enganchados a brazos de sus madres... de políticas varias que distraen nuestras neuronas mientras nos mareamos en nuestras propias miserias y así, de repente con un mal golpe pero bien dado, paralizan nuestros sueños.
Lo que nos rodea se convierte en egoísmo por naturaleza, y nos exigen estar a la altura aún viendo que no podemos más. No hay abrazos espontáneos, ni sonrisas regaladas, todo pide algo a cambio, mientras nuestro corazón se va empedrando y retorciendo, mientras nuestras miradas se apagan.
Entonces los segundos e instantes que van pasando, te enseñan que tú o tú agarras de nuevo esas alas caídas y con los últimos retales consigues hacer un vuelo realmente hermoso, te miras al espejo y ahí encuentras de nuevo al niño que todas las noches se dormía pensando en conseguir un sueño.
Que como escribió Calderón" los sueños, sueños son", no sin antes añadir que "la vida es sueño". Así que sigamos rodando en este mundo de locuras, y vayamos de la mano de quien nos apetezca (tampoco somos idiotas conste), e intentemos mantener nuestra esencia como antídoto a una muerte en vida anticipada.
