Cartas al director

Cambio climático: necesidad de una nueva conciencia

Cuando el cronista de la Europa del año Mil, Raul Glaber escribía acerca de una serie de señales del milenario del nacimiento de Cristo y el fin del mundo, estaba constatando que se estaban produciendo una serie de cambios importantes en el clima del planeta. Lo cierto es que en la actualidad también hay cambios importantes que requieren acciones urgentes, pero que no han sido tomadas. El agujero de la capa de ozono conlleva cambios irreversibles, como que el sol queme cada día más, y se empeore día tras día la salud de los seres humanos y sus compañeros de viaje planetario: animales y plantas. 

Un ejemplo de ello es la falta de lluvias y su afectación por la sequía a los diferentes cultivos, así como la aparición de un sol abrasador que quema los frutos y las hojas de los árboles antes de su floración. Por todo ello los costes medioambientales en la economía a nivel directo e indirecto a medio y largo plazo son incalculables, y son los científicos sensibilizados con la materia los que deben de tomar las riendas del problema. Ya es tarde para una mera moción, pacto o declaración de intenciones. Es patente ya la vista la degeneración paulatina de la naturaleza, y el aumento de las temperaturas, así como del aumento de incendios forestales. Quienes toman las decisiones no están a la altura, hacen cuidados paliativos a la madre Tierra, pero no preventivos ni prospectivos. 

La sobreexplotación de los recursos, la excesiva acidificación de los campos, junto a esa falta de conciencia, más temprano que tarde desencadenará en episodios diferentes que traerán como consecuencia, enfermedad, devastación y nuevas enfermedades. Esa devastación ya la constamos con alteraciones graves del clima, ciclones, inundaciones y sequias extremas etc… El abuso de combustibles fósiles y la falta de medidas alternativas urgentes, el aumento de la población mundial y su conducta agresiva al medio, abocan el clima poco a poco al desastre. 

Conviene tomar acciones urgentes y coordinadas, no simplemente simbólicas, así como crear directrices y leyes que aborden el problema en toda su extensión y profundidad. Resumiendo si el sol calienta más, no se trata de ponerse más cantidad de protector solar, sino de curar al paciente enfermo, la Tierra, posibilitando medidas de desintoxicación, reequilibrio restaurador de la capa de ozono, y descontaminantes. No se trata de hacer al año un día del arbolito, sino hacer todos los días del año los deberes de cuidado y responsabilidad y suscribir un pacto de no agresión contra el Planeta.