Cartas al director

Recordando a tres pontinos

Los pontinos recordamos con nostalgia los primeros fines de semana de cada mes a los vecinos que se fueron hace un año y entre ellos, este sábado, estaban Constantino Fernández, Eustaquio Puga y Eladio Diz.

Tono fue un eterno ferroviario que pasó su vida en el barrio y en la Renfe. Procedía de una amplia y querida familia pontina que el tiempo ha ido reduciendo de modo sensible.

Eustaquio, vinculado a la familia propietaria de la Empresa Mangana de automóviles de línea, aparte de prestigio como médico, aumentó su condición pontina al contraer matrimonio con Conchita, la única mujer de la amplia y respetada familia Muñoz, también dedicada al mundo de automóvil. Galleguista, identificado con El Puente, llegó a ser concejal vinculado a cuestiones sanitarias por aquel entonces llamado “tercio de Representación Familiar”.

Y luego el caso de Eladio. Como los anteriores, respetado y querido, pero hasta especialmente por su condición de empedernido pontino que le “daba a todo” lo significara necesidad, iniciativas, mejora y progrso para el barrio. Pero además era hombre importante en el funcionamiento de La Troya. Fue su presidente. Y concejal del municipio.

Pero a Eladio también le hemos echado de menos en estos últimos tiempos porque su vitalidad, su energía pontina, no hubiera permitido que las fiestas del Santiago sólo vivieran de su tradición, de su pasado, que las mantienen en pie a pesar de todo. Que se limitasen l sentimiento religioso que emana de la Parroquia y desde luego de la gente por las calles disfrutando de las terrazas y la enorme cantidad de tómbolas, puestos y atracciones. .

Más. Se las ingeniaba para que las calles lucieran la iluminación de Navidad. Trabajaba en las Conferencias de San Vicente de Paúl. Y era enlace principal de su partido, el PP para que en sus listas apareciera gente que iba a preocuparse de su barrio especialmente.

Es decir que hemos recordado en el templo pontinos este primer fin de semana de agosto a tres de los nuestros.De los de antes y ya tan pocos quedamos. Porque mucho lamentamos que no aparezcan en ls nuevas generaciones personajes del corte de tantos que ya quedaron en el camino y que con tanto. 

Gentes que despertaran el interés de unos políticos que nos gobiernan y que no son capaces de resolver de una vez el tema de la llamada Plaza de Abastos. La conexión de la Avenida de Santiago con el Puente del Milenio. El Parque pendiente en esa zona y que ya tiene un enlace desde la Avenida de las Caldas. Del aparcamiento subterráneo allí previsto. Que en El Puente carezcamos de un salón de actos culturales ¿o ya quedo previsto en el edificio de la Plaza?

T ermino: se nos nota a los que fuimos niños de la postguerra, como Tino, Eustaquio y Eladio, somos todavía reacios a llamar “A Ponte” al Puente, quizás porque cuando tenemos que cruzar el Miño “vamos a Orense”.