Cartas al director

El cambio en Brasil

La reciente elección como presidente de Brasil de Jair Bolsonaro parece no caer muy bien en los llamados sectores de izquierda en el mundo, y sobre todo, a Nicolás Maduro en Venezuela. De hecho, la izquierda, se ha dedicado a hacer una campaña brutal enfocada a pintar a Bolsonaro como un radical racista de ultra derecha (el Donald Trump brasileño).

La cuestión es que a la izquierda tradicional radical se le olvida de contar la historia de como un ex militar logró conseguir el apoyo de más del 55% de la población. Seguro, que ahora la izquierda dirá, que Brasil, está lleno de racistas y xenofobos.
Bueno... vale la pena recordar que hace un par de años en Brasil empezó a surgir un movimiento de opinión que pedía que los militares diesen un golpe de Estado. Sí... parece contradictorio que una gran masa de la población, hicieran manifestaciones en todo el país pidiendo que los militares asumiesen el poder.

¿Y el porqué de ello? Muy sencillo. La repuesta es la corrupción del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), encabezado por Lula da Silva, y luego por la presidenta Dilma Rousseff. El escándalo de Petrobras fue la puntilla que hizo que la mayoría de los brasileños deseasen un cambio radical en la política del país. 

Y junto con la corrupción del PT, hay otros motivos como el creciente índice de delincuencia en las calles, o el empeoramiento de los servicios públicos, como por ejemplo la sanidad. Y quizás hay otro motivo por el que los brasileños eligieron un cambio radical: no quieren  una Venezuela en el Brasil. 
Sí... para muchos brasileños, las políticas del PT van enfocadas a copiar el modelo chavista en ese país, y claro, ese quizás sea el motivo más claro por el cual la  mayoría ha preferido a un ex militar antiquierdista que a un lugarteniente de Lula y Maduro en el poder. La cuestión es que los casos de corrupción, en gran medida, hicieron que Lula fuese a la cárcel y Dilma fuese destituida de la presidencia. Y a pesar de ello, hasta hace un año las encuestas apuntaban que Lula, estando en la cárcel, podría ganar las elecciones.  Así que se entabló una lucha judicial porque Lula fuese candidato del PT, y por otro lado, un sector de la población brasileña empezó a gritar al cielo que los militares tomasen el poder. 

Al final, la justicia impidió el retorno de Lula, y por otro lado, el PT puso de candidato a Fernando Haddad, un ex ministro de Lula, quien en la campaña dejó perfilar la idea, del indulto al expresidente, con lo cual creía que ello le podría dar la victoria. Mientras que por otro lado, Bolsonaro se dedicó a enfocar en su discurso que él acabaría con la corrupción y la inseguridad en las calles. 

Así que se entenderá que una de las causas por las que un ex militar ganó en Brasil es porque la mayoría de la población no desea a un Lula libre en las calles, a un PT en el gobierno y una Venezuela en Brasil.