Cartas al director

Otra de pensionistas

Circula por la red un chiste que ante unas declaraciones de un político, un oyente le dice: "tonto, que eres tonto, ¡tonto!".

Esta respuesta es aplicable al gobernador del Banco de España quien desde su atalaya de poder económico declara que "...es dificil salir del problema de las pensiones" y que "la propiedad de una vivienda es como una renta" o que "hay que incentivar los planes de pensiones privados, porque no está mal invertir en activos financieros".

A este tipo de individuos no les cuesta nada despreciar a 6.537.776 de personas jubiladas que ganan menos de 1.000 euros mensuales, después de haber trabajado fuertemente toda una vida, tributando religiosamente con sus obligaciones contributivas a través del IRPF, cuota a la Seguridad Social, IBI, etc., posibilitando de esta forma que esos tipos reciban sustanciosos salarios que sí les permiten ahorrar cantidades importantes a través de planes de pensiones privados, por lo que, lo menos preocupante para ellos, es el sistema público. No se dan cuenta de que la pensión no es un sueldo sino que es un derecho emanado de toda una vida laboral. Conviene recordarle que, según la RAE, sueldo es "una remuneración por desempeño de un cargo o servicio profesional". No es el caso de los jubilados.

Personajes como estos, insolidarios, egoístas, fríos, oportunistas, especuladores, nos sobran. Hacen méritos para granjearse el desprecio de los seis millones y medio de pensionistas que difícilmente llegan a final de mes. La sociedad necesita personas con otro perfil y ese perfil saldrá de las urnas en un futuro gracias, en gran medida, a que pensionistas desengañados sabrán escoger a personas con más clase, solidarias y honradas.

Lo que salta a la vista es que esta política neoliberal persigue adelgazar el tamaño del Estado en todos los ámbitos incluido el de las prestaciones sociales, para que ese espacio económico sea desarrollado por el capital, formado por especuladores y usureros.