Cartas al director

Reconocimiento a Miguel Prego de Oliver

Desde estas líneas me gustaría unirme a la postura incómoda, por no decir descontento, de los amigos y admiradores del pintor Manuel Prego de Oliver.

Leyendo y repasando alguna información de prensa se deja ver la sorpresa y el porqué de la "exclusión" de la obra en la exposición del Museo del Gaiás de la ciudad de Santiago. Me remito al artículo Faro de vigo publicado el 17 de enero del 2018. A Manuel Prego lo conocí por los años 60. Estaba ya considerado como un pintor relevante y de prestigio. Un pintor y maestro aplaudido y referente en todos los círculos culturales de la ciudad ourensana y fuera de ella. 

La evolución de este profesional se ha ido perfeccionando a gran escala llegando al clímax de las técnicas del arte pictórico. Su gama pictórica ha sido tan variada que es difícil, por lo menos así lo creo, hacer un estudio minucionoso y escrupuloso de todos los cuadros. 

Siempre lo tuve desde mi juventud como referente. Estando en los círculos selectivos de Madrid de los 70 donde yo residía, se hablaba del "gallego orensano" como del maestro del arte del bien hacer. 

En el Madrid de mis tertulias siempre lo he citado como modelo y me sentía orgulloso de ser su amigo. Pintores como Custodio M. Samper, Llorens, etc, me decían: "Háblame de él como persona y como maestro". ¿Qué voy a decir de él? Era muy humano, altruista y amigo de sus amigos. Su obra abarcaba desde los murales del seminario de Ourense hasta los de la estación marítima de Vigo, "siendo estos los de mayor envergadudra de la pintura en Galicia".

Los dibujos, retratos, paisajes, escenas cotidianas, miserias del ser humano como la vejez y el deterioro físico hasta la combinación perfeccionista del cromatismo definen muy bien el sentido de la realidad, el lirismo y el palpitar de la humilde Galicia de entonces en cada uno de sus cuadros. Los claroscuros unidos a los fuertes y atrevidos colores contrastan con el fondo diluido de grises de algunos cuadros. La técnica del maestro Prego está en saber plasmar con buen acierto la cotidianidad de cada retrato y de cada ángulo llamado perspectiva, un horizonte escalonado en pequeños trazos. Además, la textura de la pincelada de sus óleos posee la fuerza de los grandes maestros. 

He tenido la ocasión de visitar la exposición antológica promovida por la Xunta, ayuntamiento de Ourense y la Fundación Anova, y con bolígrafo y papel es imposible abarcar su pintura en su conjunto.

Me gustaría recoger las palabras de personajes ilustres que citan su obra y piden a voces un respeto y reconocimiento para el pintor. Sus voces críticas reivindican la obra de Manuel Prego y exigimos que se incluyan en la exposición del Museo del edificio Gaiás de la ciudad de Compostela.

¿Cómo se puede prescindir de un artista de esta categoría? Hacemos una llamada a las autoridades de la ciudad de Ourense y de Galicia, a aquellos que pertenecen al mundo de la política y de la cultura para que lo tengan en cuenta. Voces autorizadas de la cultura, de la pintura, amantes y estudiosos de la lengua gallega avalan su obra.

No es posible que aquellos que se han encargado de la organización de la exposición del Gaiás del arte gallego hayan pasado por alto la producción pictórica de Manuel Prego.