Cartas al director

Luz Pérez Villarino

Luz Pérez Villarino recibió ayer sepultura en Trives, a la edad de 89 años. Su carácter reservado y discreto no impidió que su fallecimiento causase un hondo pesar en las gentes trivesas. Aquí nació -más concretamente, en el pueblo de San Lorenzo- y aquí se despidió de la docencia. Fue maestra en las escuelas unitarias de Castro (Trives) y Mouruás (San Xoán de Río), pero también ejerció su profesión de maestra en Vilamartín de Valdeorras y Trives, como recuerdan quienes acudieron a sus clases, en las que comenzaron su forja como personas.

Como profesora, siempre prefirió el diálogo y la palabra a la imposición y a la orden, una forma de ser tolerante que le mereció el reconocimiento y el cariño de sus alumnos, conscientes de que corrían tiempos difíciles, en los que muchos docentes optaban por métodos que hoy estarían en entredicho. En los últimos años, repartió su tiempo entre Trives y Madrid. En la capital pasaba los inviernos, aunque siempre paseó con orgullo el nombre de la villa trivesa, en la que nació y donde su marido, César Fernández Rodríguez, fallecido hace 20 años, que ejerció de alcalde. Mientras él asumía el protagonismo al que le obligaba la labor pública que ejerció vocacionalmente, ella optó por un segundo plano más discreto, pero no por ello menos apreciado por quienes les conocieron. Ayer, Trives lloró la pérdida de su maestra.