Cartas al director

Vanidad de vanidades todo es vanidad

Esta frase del Libro del Eclesiastés refleja el pesimismo de la persona, que ve como todo se repite, no hay nada nuevo bajo el sol, pero él cada vez más decrépito camina hacia su fin, sin esperanza. Algo parecido ocurre en la sociedad actual, tono es vanidad es decir vaciedad. Soy anciano y muy prolífico, lo comprendo, pero observo que la mayoría de las cartas que publica la prensa enviadas por los lectores, son eso: vanidad, vaciedad. Yo, para escribir cosas banales prefiero estar callado. Prefiero oponer, como decía Unamuno, la plenitud a la vaciedad.

La sociedad actual ha caído en este pesimismo que la embarga, por que hemos olvidado los valores cristianos en los cuales se apoyaban  nuestros antepasados desde hace dos mil años y que dieron frutos tan ubérrimos y maravillosas obras como aún podemos contemplar. Viendo la penosa y preocupante situación de la sociedad actual, no me puedo callar. Tenemos que desechar la vaciedad y llenar nuestra vida personal y social de la plenitud de nuestros mayores, asentada sobre roca firme, en Cristo nuestro Dios y Señor, el único que puede llenar el vacío de esta sociedad, que camina de tumbo en tumbo por haber abandonado la plenitud que nos legaron nuestros mayores.