Cartas al director

Soñando que estoy despierto

Esta frase que leí hace años en una pintada en una fachada, sintetiza de forma magistral lo que ocurre en esta sociedad, que ni la mente más fantástica ni la película más intrigante de suspense, podrían imaginar, de tal manera que ocurren acontecimientos que ya no sabes si lo has soñado o es una realidad. 
¿Pero cómo se ha llegado a esta situación? El mundo occidental y especialmente España, son cristianos desde hace dos mil años, como así lo atestiguan infinidad de monumentos y su cultura y costumbres que están fundamentadas sobre esta verdad. La Religión Cristiana, no es una filantropía, ni una idea simbólica y etérea, ni una utopía, está fundamentada sobre una Persona, Cristo el Hijo de Dios, y esta Persona influyó de tal manera que dividió la historia en un antes y en un después de Él. 

No me puedo explicar como Occidente y España, que es la que más nos afecta, haya renunciado a sus orígenes y, a Cristo, ni tan siquiera se le nombra. La persona por mucha técnica y medios materiales que posea, sigue siendo una persona frágil, vulnerable y su estancia sobre la tierra es efímera. En la sociedad actual reina el temor, la incertidumbre, nadie sabe lo que va a ocurrir y no se ve una luz en el horizonte que pueda traer a esta sociedad  paz, fraternidad,  esperanza, alegría, ilusión, la certeza de la vida eterna. Sin duda alguna, el olvido de nuestras raíces cristianas, son la causa principal de esta penosa y grave situación. Solo hay un salvador del hombre: Cristo y sin El no puede haber paz ni fraternidad, ni alegría, solo tinieblas.