Este miércoles 23 he acudido a los servicios sociales aquí en la ciudad de Ourense, al UNIS centro, Unidade Interdisciplinar de Intervención Social de la calle Bernardo González Cachamuíña. Nada más entrar se aprecia fácilmente el ambiente excesivamente caldeado. Como ya había podido comprobar en otra ocasión, la calefacción está en nivel “Ministro Soria”, bueno, lo supera porque el despacho del ministro cuasi panameño estaba a 22° de temperatura y este está a 28°. Una de las trabajadoras sociales a la que me dirigí para comentárselo me atendió muy amablemente, explicándome que ella también se había quejado por la misma razón. Me derivó a otra persona que supuestamente era responsable de la temperatura. Le comenté mi opinión sobre la situación y literalmente me respondió: “Me parece muy bien tu opinión”. La sensación que me dio es que le resbalaba lo que le estaba diciendo.
Pues ahí os van unos datos un poco más objetivos:
Según criterios de la Organización Mundial de la Salud la temperatura adecuada ha de ser de 18° a 21° durante el invierno y 25° en verano, muy lejos de los 28° que tenéis ahí.
Casi el 20 % de los hogares de Galicia están en riesgo de pobreza.
Galicia es una de las comunidades con más dificultades para mantener la vivienda a una temperatura adecuada basado en la ECV.
Ahora, aunque no reconocido, sumemos también las muertes relacionas con la pobreza energética. Según ACA, en su estudio de 2014, se puede hacer una estimación de unas 7.000 muertes asociadas a la pobreza energética, como la de Rosa la anciana de 81 años natural de Reus.
Podríamos seguir así toda la semana, de la misma manera que si nos pusiésemos a enumerar las causas judiciales abiertas y casos de corrupción del Partido Popular.
Solamente, bajad un poco la temperatura de vuestro puesto de trabajo, que es además, el lugar al que muchas personas acuden a pedir ayuda, entre otras cosas, porque padecen pobreza energética.
