Cartas al director

Obituario | "Siempre ocurre lo que sucede"

El colectivo de los que formamos la familia de La Región, los que por aquí continuamos al pie del cañón y los que por circunstancias de la vida han emprendido otro tipo de singladuras, amanecimos el día de ayer con una dolorosa bofetada moral. Nuestro querido Manuel Tombo nos había abandonado. Su hija Ana, compañera de profesión, era la encargada de trasladarnos tan triste noticia. 

Aquellos que peinamos ya unas cuantas canas, también los de las despejadas cabezas y que por razón de la edad más gozamos de su compañía, la recibimos con profundo dolor, pues Manolo se había hecho acreedor del afecto generalizado. Con él hemos compartido dilatadas jornadas, de aquellas de las de sol a sol, en las que sabías la hora de entrada al periódico e imposible era intuir la de salida, y en las que las relaciones humanas tejen profundos lazos de amistad, como la que me unía a este orgulloso vecino de Vilariño, en el municipio de Pereiro de Aguiar, que se encontraba disfrutando de una merecida jubilación.

Nuestra memoria colectiva guardará para siempre sus celebradas cantinelas del "siempre ocurre lo que sucede", "dóeme o fío do lombo", "qué carallada mi brigada",  o aquel sin par "ay Rosa, ay Rosiña, ay Rosalía de Castro", que servían para relajar caldeados ambientes por el incesante repiquetear de los teletipos y para rebajar tensiones previas al remate final de la edición y entrada en rotativa.

Hoy tocará darle el último adiós. Nuestro más sentido pésame para Elena, su mujer, y para sus hijos, Ana y Jorge, así como para el resto de la familia y el conjunto de amigos y allegados.