A finales del año pasado me encontré con tu caso en los periódicos: el Tribunal Supremo te denegaba el derecho al voto y el Constitucional evitaba pronunciarse sobre el derecho al voto de las personas con discapacidad intelectual solicitado por el fiscal, señalando resumidamente, que en las resoluciones de los tribunales que no admitieron el recurso de tus padres no hubo arbitrariedad alguna.
Para llegar hasta aquí fuiste sometida a un examen sobre conocimiento político que, aunque la Fiscalía consideró que habías respondido “acertadamente” teniendo en cuenta “tu edad”, no fue suficiente y el juzgado de primera instancia acabo retirándote el derecho al voto.
Examen que, es muy probable, que la gran mayoría de la población española no aprobaría teniendo en cuenta su edad.
Y hoy me pregunto, a la vista del uso continuo y perverso que se da a la doctrina de la “mujer florero”, con el flaco favor a todas aquellas que día a día luchan, ya no por la igualdad, sino simplemente por la visibilidad de la mujer, si estas mujeres tienen más derecho al voto que tú si no se enteran de nada.
Sólo puedo decirte a ti y a tus padres una cosa: seguid luchando porque estoy convencida de que Mara sí se entera de todo lo que pasa a su alrededor.
