Cartas al director

Obituario: Alcalde de Los Milagros

Sabía que era uno de los alcaldes españoles que más tiempo permaneció en el cargo (35 años) pero desconocía la edad que él tenía (95). Buena edad para un hombre que supo combinar su profesión de veterinario con la de regidor municipal. Bien hubiese merecido acceder al Senado al acabar en la alcaldía, pero las cosas entonces fueron por otro lado.

Eduardo Laherrán era una persona que nunca renunció a sus orígenes santanderinos pero que supo encarnarse en Galicia, que en realidad fue su patria más entrañable, junto a su esposa y su hija. Cántabro de nacimiento pero gallego de adopción.

Y vivía y defendía con toda el alma a su ayuntamiento al que trató de cuidar con mimo como en la anécdota tan recordada de la inauguración de las piscinas de Baños de Molgas el día de la fiesta cuando compartía mesa y mantel con su gran amigo David Ferrer.

Defendió con ahínco a su jurisdicción, que incluye la parroquia de Vide y como consecuencia el Santuario de Los Milagros. Muy mal le sentaba cuando al citar a la Virgen del Medo se decía que era de Maceda. Grandes disgustos le costó este equívoco de algunos haciendo incluso rehacer unos carteles de la fiesta. Tuvo gran amistad con los Paúles pero siempre recalcándoles la pertenencia a Baños de Molgas y así lo hizo valer cuando la coronación. Lamentaba que los accesos al santuario fuesen mejores desde Maceda cuando, como él decía, debían de ser desde Molgas.

Supo también mantener en pie el balneario, propiedad de la familia,  como una muestra de su ayuntamiento.

Aún recuerdo, si me permiten, una graciosa anécdota de una visita pastoral siendo párroco Don Manuel Pulido. A la hora de los postres de la comida, los padrinos, que eran su esposa y él, nos obsequiaron con una inigualable tarta de la entonces confitería ourensana “La Trinidad”. Estaba riquísima y así se lo hicimos saber los comensales. ¡Bendito elogio! Después estuvimos comiendo tartas iguales en todas las comidas del arciprestazgo. Se lo recordé muchas veces y se reía con gusto.

Pierde Baños de Molgas a un buen defensor, perdemos a un amigo fiel y a una persona encantadora, todo un señor como pocos. Sin duda la Virgen de Los Milagros le habrá acogido a su lado en lugar de privilegio y bien que lo merece.