Cartas al director

Obituario: ¡Mi querida Conchita!

Maldita agenda y circunstancias que me impiden estar y acompañar en el último momento, en mi parroquia materna de Santa María de Amarante (Dacón), a Conchita Fernández Rodríguez. La más querida prima de mi madre y para mí entrañable y muy querida también. Con ella he disfrutado de innumerables vacaciones en A Coruña y gozado de prolongadas tertulias en aquella playa de Riazor, lo que me descubrió su inmensa talla humana. Se nos ha ido dejando un hueco imposible de rellenar para cuantos de veras la queríamos.
Porque era una persona con un gran sentido del humor, siempre en positivo; una mujer siempre de paz y una madre ¡única! Una viuda ejemplarísima. Lo saben muy bien sus hijos Concha, Pachi y Fifa. Una madre única, luchadora incansable por el porvenir de sus hijos, sacrificada por su bienestar y acogedora en todo momento para todos comenzando por sus queridos nietos. Su casa siempre abierta para todos y su cocina inigualable. Se manejaba muy bien en el fogón y me enseñó a cocinar. Nadie como ella hacía aquella bechamel exquisita y otros muchos platos.


Además era una mujer de fe, de mucha fe. Santa Rita, a quien todos los feligreses de esa querida parroquia veneran de forma especial, la recibirá con gozo en el cielo y le agradecerá el apostolado que de ella hizo. Una fe y una piedad siempre tradicional pero cimentada en sus conocimientos ciertos.
Este sábado me toca celebrar en Lisboa tres misas y asistir a una más, lo que me impide asistir. Bien sabe la familia las gestiones que hice y el disgusto que mi ausencia me provoca. Una de las misas que voy a celebrar será por una madre de cuarenta años que murió de repente dejando dos niñas muy jóvenes. En todas las celebraciones tendré muy presente a Conchita. Mis oraciones nunca le van a faltar y espero en un viaje a Ourense poder visitar Amarante y tener allí una celebración.
Descansa en paz querida Conchita y cuando llegue el 8 de diciembre mi teléfono me recordará llamar a Dacón. Lo haré al cielo donde se oyen mejor las oraciones por los seres queridos, y tú lo eras y mucho, para toda mi familia materna de la que eras un punto de referente inolvidable.