Cartas al director

Carta abierta a José Luis Doval

Estimado José Luis:

Es de ley felicitarte por tu excelente actuación como moderador del Foro sobre los cambios que ha vivido la sanidad pública ourensana desde la transferencia del Insalud al Servizo Galego de Saúde (Sergas).

En esa sesión se proyectó un vídeo del personal sanitario y de las infraestructuras, que exhibía fotografías que no se circunscribían a los últimos 25 años. Ese video se remontaba a los orígenes de la sanidad en Ourense, iniciándolo con la fotografía del viejo Hospital de la Lonia. Efectivamente desde aquel Hospital, el cambio de la sanidad ha sido muy importante, pues ha pasado más de un siglo.  Por esa razón, el vídeo no refleja la realidad de 25 años, sino de más de 100. Cabría pensar, como buen gallego, que la elección de ese dilatado período fuese sutilmente utilizada para magnificar el cambio y que éste no lo es tanto.

Efectivamente ha habido cambios importantes en la sanidad ourensana en los últimos  25 años, del mismo modo que se han producido en la sanidad nacional, con la desaparición del Insalud y los hospitales de referencia como Puerta de Hierro, Valdecilla, etc.
Pero algo no ha cambiado y tú lo reflejaste gráficamente con dos anécdotas referidas a problemas de mera intendencia y que deberían haberse resuelto en el ámbito de la organización hospitalaria por los profesionales correspondientes. La primera fue la necesidad de acudir al presidente de la Diputación para resolver un problema de ingresos hospitalarios en el extinto Hospital Provincial, por falta de camas en el Cristal y la segunda tener que apelar al conselleiro de Sanidade, señor Romay Becaría, para solventar un tema relativo al suministro de preservativos al servicio de planificación familiar. 

Efectivamente esas dos anécdotas reflejan a la perfección un problema que aún hoy persiste y que parece endémico, que las decisiones de carácter estrictamente profesional en la sanidad están en manos de políticos, ahora de Santiago. Y Santiago, efectivamente queda más cerca que Madrid, pero no es menos cierto que supone mantener un método clientelar de vasallaje impropio de una democracia. Por otro lado ese sistema está en contra de los más elementales principios de racionalidad y eficacia de la organización sanitaria y en suma de la salud de la población.

Por cierto, con relación al Sr. Romay Becaría, me gustaría recordar que fue él quien desarboló el Insalud, encargándose de la gestión el Sr. Núñez Feijoo, para iniciar la tendencia a privatización de la sanidad y así, por ejemplo, se desmanteló el Hospital Puerta de Hierro, para convertirlo en una clínica privada.

Cierto que ha habido cambios, pero uno muy necesario aún no se ha producido y es el relativo a que la dirección organizativa de la sanidad deje de estar en manos del político de turno.

Un saludo: