Cartas al director

Obituario | Pepe y Merche

El pasado año la noche del día de reyes,  los Magos de Oriente le habían traído a mi madre de 98 años el regalo del viaje a la eternidad, y aunque reconozco que para un hijo el fatal desenlace es muy doloroso, algún día tendría que ser. Lo mismo le sucedió este año en la misma noche y casi a la misma hora a la señora Teresa, a la que después de mucho sufrimiento le obsequiaron con el descanso eterno. 

Desde este medio queremos expresarles a sus hijos y nietos nuestros mayores sentimientos por la pérdida de un ser tan querido y apreciada por  los vecinos de los ayuntamientos donde residió, Castro Caldelas y A Teixeira, especialmente a su hijo Avelino y su nuera Esperanza con los que convivió los años mas difíciles de su vejez, y a los cuales les quedará  el recuerdo y la satisfacción de haberla cuidado como a una reina, como vinieron haciéndolo durante varios años con sus otros tres progenitores ya fallecidos, todo un ejemplo de humanidad y sacrificio para las nuevas generaciones, ya que por experiencia sé que esta atención a personas dependientes requiere mucha paciencia y casi una dedicación exclusiva los 365 días del año, que priva a cualquier persona de la mínima libertad. A pesar de  todo ello lo han afrontado con todo el cariño del mundo a sus seres más queridos, los cuales se lo estarán agradeciendo desde el Cielo,  que D.E.P.